_
_
_
_
BALONMANO Sydney 2000

De la exhibición a los partidos duros

España, con 10 goles de Guijosa, derrota a Australia con la mirada puesta en Francia

Leontxo García

España se paseó ante Australia, la única de las doce selecciones participantes en Sydney que desentona del resto; la victoria fue mucho más fácil que la obtenida contra Túnez. Pero ya se acaba la relajación: el equipo de Juan de Dios Román se enfrenta mañana, miércoles (10.30 en la península) a la temible Francia. Luego jugará con los sorprendentes eslovenos y los maestros suecos. Se clasifican los cuatro primeros. Aunque los resultados muestran equilibrio en el otro grupo, parece importante evitar el cruce con la selección de Rusia en cuartos de final.En la búsqueda de la tensión permanente que sus hombres necesitan para rendir lo que valen, Román les gritó con frecuencia. Lo que más puede turbar el sueño del seleccionador por ahora son los pivotes. El titular, Xepkin, viene fallando ocasiones clarísimas desde el amistoso perdido contra Egipto. Son sus primeros Juegos Olímpicos, y previsiblemente los últimos (tiene 35 años). Da la impresión de estar motivado en exceso, a juzgar por los detalles que reveló Duishebáiev: "Andréi se emocionó durante la ceremonia de inauguración, tiene unas ganas enormes de completar su palmarés con una medalla olímpica y se le ve nervioso".

ESPAÑA 39 AUSTRALIA 23

España: Núñez, Guijosa (10, dos de penalti), Lozano (2), Duishebáiev (2), Urdangarín (3), Ortega (4), Xepkin (1); Juancho (3), Garralda (4), Ugalde (5), O'Callaghan (5) y Núñez (portero). Excluidos: Urdangarín, Xepkin y Lozano.Australia: Cheung, Ramadani (2), Séstic (5), McCormack (2), Paulovic (2), González (1), Slavújevic (2); Bach (4), Schofield (1), Groenintwoud (1), Garnett (3) y Shehab (portero). Excluidos: Séstic, González, Slavújevic (1) y Groenintwoud. Árbitros: Bojsen y Anúsic (EE UU). Partido de la segunda jornada (Grupo B) jugado en el Pabellón Olímpico 2 ante 2.500 espectadores.

Si el pivote no funciona, sus compañeros pierden confianza en las jugadas que terminan con un pase a la línea de seis metros, y los equipos rivales ahorran energía al no tener que vigilarle. El suplente, Juancho Pérez, es un buen jugador de refresco, pero inmaduro aún para actuar como titular cuando se luche por las medallas. Ayer e ganó un par de broncas de Juan de Dios Román por sus fallos en defensa.

Pero el ambiente era demasiado festivo para que los jugadores españoles se cebasen con el equipo anfitrión. La infanta Cristina, los reyes de Grecia, el secretario de estado para el Deporte (Juan Antonio Gómez Ángulo), el presidente del Comité Olímpico Español (Alfredo Goyeneche), Miguel Induráin y otras personalidades disfrutaron más del jolgorio que montaba el público australiano cada vez que los suyos metían un gol que del juego en sí.

Todo eso se ha acabado. Francia está en una época de transición y no tiene la fuerza que le llevó a ganar medallas en la década de los noventa. Pero a sus jugadores geniales, como Richardson y Cazal, une jóvenes de gran futuro y dos refuerzos, Kervadec y Fernández, que no estuvieron en el Europeo de Croacia, en enero, cuando España ganó el partido entre ambos por la medalla de bronce; fue la revancha de la victoria de Francia en la fase previa.

Se espera una edición más de los choques vibrantes que dan placer al aficionado. La exquisitez francesa, con un balonmano de cámara, frente a la eficacia española, basada en una defensa muy sólida -sobre todo, si el portero Barrufet alcanza por fin su nivel óptimo- y un contraataque fulgurante. Todo ello bajo la batuta de dos grandes maestros: Duishebáiev y Richardson, miembros del club elitista de quienes hacen lo que parece imposible y elevan el balonmano a la categoría del arte.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_