Gore desborda a Bush con una ventaja de 13 puntos en los sondeos
El último sondeo del semanario Newsweek refleja un despegue imparable del candidato demócrata, Al Gore, frente a su contrincante republicano, George W. Bush, que obtiene sus peores cifras de intención de voto desde que anunció sus aspiraciones presidenciales. Con un margen de error del 4%, la encuesta sitúa a Gore 13 puntos por encima de Bush, 54% frente al 41%. El sondeo se ha realizado entre votantes registrados, lo que le añade más consistencia.
La consulta se realizó el 14 y el 15 de septiembre, es decir, después del último incidente más destacado de la campaña electoral: la aparición fugaz de la palabra "ratas" en un anuncio de los republicanos en contra de los demócratas. Aunque el equipo de Bush negó que se tratase de una manipulación subliminal, el efecto parece haber dañado aún más a este candidato. Además de reflejar una distancia sin precedentes, el sondeo tiene el valor añadido de haberse realizado sólo entre votantes registrados. El sistema electoral de EE UU sólo permite votar a quienes antes se hayan registrado para hacerlo.
La ventaja de 13 puntos se obtiene en un escenario hipotético que enfrentase únicamente a los dos candidatos principales. Si en la encuesta se incorporan las otras dos opciones electorales previsibles, el candidato reformista Pat Buchanan obtendría un 2% y el ecologista Ralph Nader un 3%; en este escenario, la distancia de Gore (50%) sobre Bush (38%) todavía sería de un 12%.
Gore, que en las encuestas de hace poco más de un mes estaba muy por debajo de Bush, tiene que superar todavía la prueba de los debates para asegurarse de que el resultado de los sondeos se mantiene en las próximas semanas. Aunque los analistas le otorgan mucha más soltura que su contrincante en el cuerpo a cuerpo, la imagen campechana de Bush puede hacerle ganar una nutrida bolsa de votantes.
Acuerdo sobre los debates
Durante el fin de semana los dos equipos de campaña acordaron por fin el sistema y el formato de los debates, pactados para los días 3, 11 y 17 de octubre. Habrá un único moderador para todos los enfrentamientos dialécticos, el periodista Jim Lehrer, presentador del informativo nocturno de la cadena pública PBS. Republicanos y demócratas se han comprometido a que los debates sean más sueltos que en otras ocasiones, sin ajustarse tanto a normas encorsetadas en el reparto de las intervenciones.
El moderador de los debates podrá dejar que la discusión se encadene, que unas cuestiones den pie a otras bien distintas, y tendrá libertad para interrogar a los dos candidatos, Gore y Bush, en todos los aspectos concretos de sus planteamientos que considere oportuno.
En el país de la televisión, la imagen manda: republicanos y demócratas dedicaron buena parte de la negociación a discutir si los candidatos debían debatir en pie o sentados.
La solución salomónica ha permitido que en el primer debate (en Boston, Massachussets) Gore y Bush aparezcan en pie detrás de dos atriles, en el segundo (Winston-Salem, Carolina del Norte) estarán sentados en torno al moderador y en el tercero (San Luis, Missouri) el debate se convertirá en una especie de foro público en el que los asistentes formularán sus preguntas a los candidatos y se convertirán en los auténticos moderadores.
CLINTON Y JESSE JACKSON APLAUDEN AL CANDIDATO.
El presidente estadounidense, Bill Clinton, y el activista de los derechos humanos Jesse Jackson celebran la intervención de Al Gore en una cena con la reunión de congresistas y senadores negros (Caucus Negro) en Washington. Clinton daba así su apoyo a su vicepresidente ante la comunidad negra.
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