El Gobierno juega hoy su última baza para frenar las protestas por el alza del gasóleo

El Gobierno intentará frenar hoy la escalada de las protestas motivadas por el fuerte incremento de los precios de los carburantes. Representantes de los ministerios de Hacienda, Agricultura y Fomento se juegan el todo por el todo en dos reuniones, una con las asociaciones de agricultores y cooperativas agrarias y otra con el Comité Nacional de Transportes. Se prevé que el Ejecutivo insista en ofrecer recortes fiscales, pero mantenga su negativa de reducir los impuestos del gasóleo. Ello llevará, ineludiblemente, al endurecimiento de las protestas, según han amenazado los agricultores y transportistas.

Marcha en Valencia

La ronda de negociaciones que comienza hoy parte de una situación bloqueada. El Gobierno intentará que los agricultores y los transportistas acepten un paquete de medidas de recorte de sus cargas fiscales, valorado en 40.000 millones de pesetas, y desistan de conseguir una bajada de los impuestos que gravan el gasóleo. Los agricultores y los camioneros han mantenido hasta ahora que los alivios fiscales por sí solos son insuficientes para paliar los efectos negativos del alza de los carburantes sobre sus costes. Los transportistas quieren una reducción, al menos temporal, de 4,9 pesetas del impuesto especial del gasóleo de automoción. Es lo máximo que el Ejecutivo puede bajar el impuesto, debido a que la Comisión Europea permite un mínimo de 40 pesetas. En el caso del gasóleo agrícola, el Gobierno puede bajarlo hasta 13,1 pesetas, puesto que no hay un límite mínimo previsto en la legislación comunitaria. El precio del gasóleo de automoción, hoy a 109,9 pesetas, ha subido un 13,5% en lo que va de año.

Si no se llega a un acuerdo, la Plataforma de Consumidores de Carburantes, que estará presente en ambas mesas de negociación, ha amenazado con "afrancesar"; es decir, endurecer las movilizaciones a partir de mañana. Se prevén bloqueos de centros de almacenamiento de combustibles, como sucedió en Francia y el Reino Unido la semana pasada, y una gran movilización en Valencia el próximo viernes. El coordinador general de la Plataforma y dirigente de la asociación de camioneros autónomos Fenadismer, Juan Antonio Millán, reclamó ayer al Gobierno que siga los pasos de los Ejecutivos francés e italiano, que han accedido a la rebaja de los respectivos impuestos que gravan los hidrocarburos. En Francia, los transportistas del sector fluvial lograron, entre otras ayudas, una rebaja del 30,4% en la tasa interior sobre los productos petrolíferos (TIPP). En Italia, el Gobierno aprobó la reducción del precio del gasóleo al por menor en 120 liras el litro (10,32 pesetas) y se comprometió a bajar hasta los márgenes de junio pasado el combustible adquirido al por mayor por las compañías.

Por su parte, la organización agraria COAG ha amenazado con llevar a cabo "tractoradas" indefinidas a partir de octubre en el caso de que el Gobierno no les dé una solución aceptable.

A la reunión que atañe a los agricultores irán unidas, por primera vez, las tres asociaciones más importantes (UPA, COAG y Asaja), junto a la de las cooperativas agrarias (CCAE). Todas se manifestaron el viernes pasado contra el Gobierno, aunque lo hicieron por separado. Mientras la UPA lo hacía como miembro de la Plataforma en Mérida, la COAG y Asaja convocaron su movilización en Segovia, lugar donde se celebró la cumbre hispano-germana entre el presidente José María Aznar y el canciller alemán, Gerhard Schröder. La protesta de Barcelona del viernes fue convocada por las asociaciones de transportistas y taxistas de esa ciudad.

El Comité Nacional del Transporte (CNT) se sentará a negociar para ver si desconvoca o no el paro nacional de 72 horas que ha anunciado a partir del 2 de octubre próximo. Conetrans, la patronal de los camioneros y la más fuerte de las organizaciones que componen el CNT, exigirá al Gobierno que aplique el aumento de tarifas del transporte pactado hace un año y que aún no ha entrado en vigor. También exigirá la creación de un gasóleo subvencionado.

Fuentes de la CNT argumentan que los camioneros ya dieron una oportunidad al Gobierno a principios de este año para buscar una solución al problema planteado por la subida del gasóleo y que éste no ha cumplido con lo pactado. Según esas fuentes, el Ejecutivo tendrá que poner hoy sobre la mesa algo más que promesas para que las cosas se calmen. A finales de enero pasado, la CNT desconvocó un paro, también de 72 horas, después de que el Gobierno le ofreciera un conjunto de medidas de alivio fiscal al sector. El problema es que la escalada del precio del gasóleo ya ha dejado pequeñas esas ayudas.