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El PSE pide a los nacionalistas moderados que se separen de ETA y recuperen la unidad democrática

El Comité Nacional del PSE-EE responsabilizó ayer a los nacionalistas y al PP de la situación política de "enfrentamiento e incomunicación" que vive el País Vasco. Tras la reunión celebrada ayer en Bilbao el presidente del PSE-EE de Guipúzcoa, Manuel Huertas, leyó una resolución en la que denuncia la "gravísima" situación de crisis política y social que vive Euskadi, y pide a los nacionalistas moderados que "tracen una línea clara de separación con el entorno de ETA y cierren filas con las fuerzas democráticas". Los socialistas, después de mostrar su solidaridad con la familia de José Ramón Recalde y las del resto de las víctimas del terrorismo, recuerdan a los tres partidos que conforman los Gobiernos vascos y central que son los principales responsables de la actual situación vasca al sustituir la indispensable colaboración institucional y el consenso por la política de incomunicación, confrontación y tensión.Ambos Gobiernos reclaman también que "garanticen los derechos y libertades ciudadanas" porque la sociedad no se siente suficientemente protegida. Y también porque en Euskadi todavía hoy es necesario luchar para vivir realmente en libertad.

En la resolución se pide al lehendakari que recupere la iniciativa socialista aprobada por la Cámara vasca para que se constituya una mesa de partidos, un proyecto que no se concretó porque Juan José Ibarretxe "le añadió condiciones que dificultaron su ejecución" y por la "incapacidad" del PP para dialogar con el propio lehendakari.

El comité nacional de los socialistas vascos también hizo un llamamiento a los ciudadanos para que continúen las movilizaciones contra ETA y convocó una concentración para el próximo lunes en San Sebastián. Además se adhirieron a la manifestación del sábado, día 23, convocada por la plataforma !Basta ya¡

El PSE celebrará en Bilbao los próximos 25 y 26 de noviembre su IV Congreso. El comité nacional aprobó ayer la ponencia marco. Las líneas maestras de su estrategia se concretan en la "imposibilidad" de colaboración institucional con el PNV hasta que no haya un cambio radical en la formación de Xabier Arzalluz, o que se anticipen las elecciones y el PNV abandone la presidencia del Gobierno.

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