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Un incendio incontrolado arrasa 1.500 hectáreas de una zona de Chiva ya quemada en 1994

El fuego provocó la evacuación de dos urbanizaciones y de decenas de casas dispersas

Ferran Bono

Un incendio declarado sobre las tres de la madrugada de ayer seguía vivo anoche tras quemar alrededor de 1.500 hectáreas de monte bajo y matorral en el término municipal de Chiva. El fuego avanzó durante la noche hasta las urbanizaciones de El Collado y El Romeral, que tuvieron que ser evacuadas, así como las numerosas casas de montaña dispersas por las laderas escarpadas recayentes a la carretera que une Chiva con Gestalgar, en la provincia de Valencia. Las llamas se diversificaron en tres frentes y numerosos focos, lo que dificultó aún más la extinción, muy complicada debido al viento racheado de Poniente, lo abrupto del terreno y la sequedad de la masa forestal. Dos frentes estaban en vías de ser controlados.

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El origen del fuego se detectó en la ermita de la Alhóndiga, un lugar de difícil acceso cuyo camino de tierra está salpicado por casas de montaña, la mayoría construidas por sus propios propietarios. Uno de ellos, Andrés Carreño, intentaba ayer convencer a un Guardia Civil para que le permitira el paso con el objeto de comprobar el estado de su propiedad. "El incendio de 1994 no me afectó a mí, pero a un amigo sí. La verdad es que no queda mucho por quemar, pero el fuego está por mi casa", comentaba en tono resignado.Durante la noche, el fuego avanzó por la montaña hasta alcanzar las urbanizaciones de la carretera a Gestalgar. Los brigadas no pudieron trabajar entonces a causa de la peligrosidad que entrañaba el terreno escarpado y las numerosas ramblas y barrancos, que actuaron a modo de autopistas en la propagación de las llamas. Por la mañana, las cenizas llegaban hasta la ciudad de Valencia. Efectivos aéreos y terrestres de la Generalitat, las Diputaciones y el Ministerio de Medio Ambiente se desplazaron a ambas partes de la montaña para intentar sofocar el fuego que ya había arrasado centenares de hectáreas. Mientras tanto, la Guardia Civil había mandado desalojar las viviendas.

El fuego se dividió en tres frentes, distantes en unos kilómetros, con varias ramificaciones. Uno de ellos se dirigía hacia el interior, más montañoso, y amenazaba con alcanzar la Umbría, el pulmón verde de Chiva; otro se localizaba en Pico Hierbas y el último avanzaba hacia la carretera Chiva-Gestalgar. Los medios aéreos -19, entre helicópteros, dromaders y air-tractor- se concentraron fundamentalmente en el primero, el que afectaba a la Alhóndiga, para proteger la Umbría; mientras, los bomberos y las brigadas forestales -hasta 24 fueron movilizadas- trabajaban para que las llamas descendentes y dispersas no afectaran a las casas de las laderas y no cruzaran la carretera.

Cuando un dispositivo de la Cruz Roja, apostado en la urbanización de El Collado, trataba de atraer con señas y gritos a un perro pastor alemán que corría entre las casas vacías, se oyó un repentino crepitar de cañas en un barranco que pronto se tornó en una gran llamarada. El fuego pasó al otro lado y ascendió rápidamente a una ladera, pero pudo ser sofocado, sin que llegara hasta a una zona arbolada. La mayoría de masa forestal carbonizada es de matorral y pimpollos, y algunos árboles.

Un bombero destacaba la peligrosidad de las ramblas y de los cambios en la dirección del viento, al tiempo que criticaba la descoordinación, al igual que un agente forestal. Los 4X4 de la consejería de Medio Ambiente y de la Diputación de Valencia no cesaban de circular de arriba a abajo.

Sobre las 15.00 horas, el fuego atravesó la carretera por varios puntos. En ese momento surgió de entre dos filas de casas un vehículo cargado de enseres personales que ocupaba una pareja de ancianos atemorizados. La Guardia Civil pudo desalojarlos.

Anoche el incendio seguía descontrolado en uno de sus frentes y las rachas de viento de Poniente no cesaban. Hoy está previsto enviar dos grandes máquinas cortafuegos.

Al lugar de los hechos se desplazaron el director general de Interior, Fernando Coquillat, y otras autoridades. El alcalde de Chiva, José Luis Yebra, estimó anoche en cerca de 1.500 las hectáreas arrasadas por el fuego y señaló que el frente de Pico Hierbas continuaba vivo, informa Begoña Navarro.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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