_
_
_
_

Bernarda de Utrera presentará en el Hotel Triana el flamenco que une a su pueblo con el de Lebrija

Margot Molina

Fernando Peña, El Pinini, llegó a Utrera en 1870, cuando todavía era un niño. El simple traslado de una familia de Lebrija a Utrera ha unido a estos dos pueblos a través del flamenco. La voz de Pinini, abuelo de las famosas Bernarda y Fernanda de Utrera, será esta noche un eco en la mente de todos los que subirán al escenario del Hotel Triana. Una gran familia de Utrera y Lebrija es el título del segundo de los espectáculos de la Bienal de Flamenco de Sevilla dedicado a los Territorios. Bernarda de Utrera, de 73 años, tendrá que cantar sin su hermana, que está enferma. Su prima Pepa de Benito y sus sobrinos Miguel Funi y Mercedes Peña representarán también a esta amplia dinastía.

Bernarda Jiménez Peña (Utrera, 1927) llegó ayer a la sede de la Bienal de Flamenco en la sevillana Casa de la Moneda para hablar de la velada que esta noche protagonizarán más de una veintena de artitas de su familia y en la que mostrarán cómo se entiende el flamenco en Utrera y en Lebrija, dos pueblos que su familia ha unido a través del cante."Dios mío de mi arma, ¡Qué voy a decir yo si la que habla siempre es mi hermana!", espetó mientras se sentaba. Pero los reparos dieron paso a una concatenación de anécdotas que esta señora del cante, con su retrato de Lola Flores colgado al cuello a modo de medalla, desplegó como el que abre un abanico.

"Yo no quiero ni arrimarme a los cantes de mi hermana, porque me da mucha pena. Es muy difícil cantar como ella por soleá. Yo sólo soy una aprendiza a su lado", aseguró Bernarda, quien, en opinión del director de la Bienal, Manuel Herrera, "ha marcado un hito en la historia del cante gitano".

"Nunca nos hemos separado, desde chiquititas que íbamos juntas al colegio. Por eso ahora, como cuando fuimos a Francia, salgo al escenario y me jarto de llorar", asegura Bernarda, quien a pesar de sus años despliega vitalidad y encanto. "Fernanda tiene la voz más flamenca que yo. Yo soy más elegante", afirma la cantaora que compartirá escenario con su prima Pepa de Benito y sus sobrinos Miguel Funi y Merceditas Peña, entre otros.

La cantaora, que ha pasado toda su vida en los escenarios, se muestra pesimista respecto al futuro del flamenco. "He visto ya tanto arte, que lo que veo ahora no me gusta nada. Carmen Amaya, Pastora Imperio, mi Lola Flores sí que eran artistas. Los de ahora, que me perdonen, pero no valen ", dice la cantaora. "Ya lo dijo Farruco, que el flamenco se lo están cargando con tanta flauta y tanto piano", añade.

Fernanda y Bernarda de Utrera, representantes de la pureza del cante gitano, se han movido por todo el mundo sin perder la ingenuidad y el apego a su tierra.

"Cuando fuimos a Nueva York, en 1964, y estuvimos en el pabellón español de la feria internacional, a mi madre le tuvimos que decir que estábamos más allá de Madrid. Mi madre era antigua y no le gustaban esas cosas de los areoplanos. Cuando salíamos a cantar ella creía que estábamos en la Feria de Sevilla. Como yo soy de muy poco comer y na más que me gustan los huevo fritos, cuando nos fuimos a Manhattan quería que mi hermana se llevara una botellita de aceite y un canastito de huevos, ¡No se te vaya a morir de hambre!, le decía".

La cantaora, dispuesta a recordar anécdotas de toda su familia, reconoció que aún quedan artistas válidos en el flamenco como Miguel Funi, "que canta pa morir o mi sobrina Inés Peña".

Junto a los cantaores, miembros de la misma familia que José Peña, El Lebrijano, o Dorantes, estará también la bailaora Concha Vargas (Lebrija, 1956). La artista, que ha sido pareja de baile de El Güito, sintetiza el baile académico y lo racial.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_