Entusiasmo
FÉLIX BAYÓNVisto el entusiasmo con el que los socialistas andaluces -y, especialmente, los que apoyaron a José Bono- han acogido la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero, supongo que la Junta vivirá con efervescencia esta vuelta de vacaciones. Imagino a El Líder Indiscutible y a su gente dispuestos a dar todo lo mejor esta temporada. Al fin y al cabo, Andalucía es el escaparate de lo que puede dar de sí el socialismo de los nuevos tiempos.
Estoy seguro de que esos cargos de confianza que no tienen más mérito que el paisanaje con los que los designaron y para los que es todo un esfuerzo hacer la O sin la ayuda de un canuto no comerán el turrón en sus despachos, y quizá ni siquiera los huesos de santo.
Supongo también que siguiendo la promesa hecha por Zapatero de aumentar la eficacia de la Administración para reducir el déficit, comenzará a debatirse la razón de ser de las diputaciones, y se recortará con presteza el gasto en coches oficiales, choferes, asesores, jefes de Gabinete y expertos en protocolo, que no sólo resultan una carga para la Junta, sino que, por mimetismo, cuelgan también de instancias menos poderosas, como diputaciones, ayuntamientos y hasta pedanías. Este faraonismo merdellón quizá sea consustancial a los liderazgos indiscutibles, pero, afortunadamente, ya no hay necesidad de recortar gastos en residencias suntuosas: la Casa Sundheim se vino abajo durante la pinza.
Y luego está Canal Sur. Ya lo advertía Zapatero el domingo pasado en este periódico: "El político que piense que tener una televisión que le favorezca es una garantía para su gestión es un político ramplón y de corto vuelo". Estoy seguro de que, aunque con cierto retraso, Manuel Chaves terminará aplicando la opinión de los expertos del Foro Andalucía en el Nuevo Siglo, que coincide, por cierto, con los planteamientos de Zapatero sobre las televisiones públicas: "Que exista un órgano que garantice el pluralismo y la independencia de los medios públicos".
Luego está, naturalmente, el laicismo reivindicado por Zapatero. Seguro que durante la próxima Semana Santa no se verán dirigentes socialistas presidiendo procesiones y dejará de ser doctrina en la televisión pública eso de que la Virgen del Rocío es la madre de todos los andaluces.
Es una tarea ardua, pero que, sin duda, será ejecutada con eficacia y presteza por Manuel Chaves, que por algo es líder indiscutible. Podemos estar contentos con nuestra suerte: ya casi no van quedando líderes indiscutibles, y a los andaluces nos ha tocado uno. Había unos cuantos en Asia y en los países del Este, pero ni aquello es ya lo que era.
Chaves ha pedido "manos libres" para encargarse de la renovación (¿otra vez?) de su partido. En principio puede estar bien, pero tiene sus pegas. Los líderes indiscutibles no son inmunes al error y también tienen días tontos. Chaves, por ejemplo, no estaría en plena forma cuando decidió la lista de su último Gobierno, o cuando optó por Almunia en lugar de Borrell, o por Bono en vez de por Zapatero.
Y, además, y sobre todo, planea una terrible duda: ¿Y si iba en serio el día en que dijo que Monteseirín era lo mejor que tenía el PSOE?
Por si acaso, no sé si es buena idea eso de dejarle con las manos libres. Habría que tomar precauciones. Digo yo.
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