El hipódromo sale del túnel

El hipódromo de la Zarzuela acogió la última jornada de carreras de caballos en diciembre de 1996. Desde entonces, su actividad hípica es nula y sus instalaciones soportan el paso del tiempo como pueden. Goteras, desconchados y una pista impracticable es el desolador aspecto que presenta un hipódromo que llegó a ser uno de los más valorados de Europa. Tras un largo periodo de batalla en los tribunales con el anterior concesionario, el empresario Enrique Sarasola, Patrimonio anunció ayer que el hipódromo, por fin, sale del túnel.Miguel Ángel Recio, gerente de Patrimonio Nacional, presentó ayer el pliego de condiciones del concurso internacional para la explotación de estas instalaciones, que se publicará mañana en el Boletín Oficial del Estado. En las normas se fija un plazo de 120 días para la presentación de ofertas -hasta el 12 de enero de 2001- y la gestión se adjudicará el 11 de febrero. La empresa que gane el concurso tendrá la obligación de organizar carreras antes de marzo de 2002, es decir un año después de que se le conceda la explotación del hipódromo.

Los responsables de Patrimonio han querido que tengan una primera opción las empresas especializadas en la organización de carreras de caballos. Para ello, el pliego de condiciones reclama una experiencia en gestión de hipódromos de al menos tres años.

En un intento de especializar la concesión, Patrimonio vigilará con celo cualquier otra actividad paralela que se pretenda organizar en la Zarzuela.

Estas precisiones limitarán el número de grupos interesados en hacerse con la concesión del hipódromo, pero abre las puertas a empresas con gran experiencia. Éste es el caso de los dirigentes del recinto de Estoril que ya se han interesado por el concurso. También han requerido información algunos gestores de hipódromos franceses e ingleses.

Uno de los primeros trabajos que tendrá que ejecutar la empresa que consiga el contrato es la rehabilitación de sus instalaciones. Una auditoría encargada por Patrimonio tras la salida de Enrique Sarasola fija en 1.500 millones los daños sufridos por el hipódromo. El concurso obliga a la empresa ganadora a gastarse al menos esta cantidad en arreglar los desperfectos. Quinientos millones deben invertirse en el primer año.

La parte del hipódromo que más preocupa es el voladizo diseñado por el arquitecto Torroja en la tribuna principal. "Su estado es bueno, pero necesita actuaciones rápidas", anunció ayer Patrimonio.

La concesión del hipódromo conlleva el derecho a explotar las apuestas sobre las carreras que se disputen allí. Las habrá interiores, que dependerán del Gobierno regional, y exteriores, coordinadas por el Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado (ONLAE).