Duisenberg advierte a los mercados de que se equivocan al apostar por el dólar frente al euro
El presidente del Banco Central Europeo (BCE) sorprendió ayer con una apasionada defensa del euro y, por primera vez, una abierta crítica a los mercados internacionales, que a su juicio se equivocan al apostar por el dólar frente al euro. Se equivocan porque el dólar se apoya en un déficit presupuestario anual de 400.000 millones de dólares. Y castigan al euro pese a crecer al 3,5% en el primer semestre y tener la mejor inflación de los tres bloques económicos. El tipo de cambio del euro "está claramente desconectado" de la economía real, afirmó en el Parlamento Europeo.
Wim Duisenberg no se ha conformado esta vez con airear las bondades del euro a través de mesas redondas en Canadá, aunque sea a costa de sacrificar su presencia en una reunión tan delicada como la celebrada este fin de semana en Versalles por los ministros de Economía de la zona euro. Ayer se presentó ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo con más vigor y muchísima más convicción que en otras ocasiones.Defendió las virtudes del euro y atacó a sus monedas competidoras, el dólar y el yen. Confirmó que el crecimiento de la zona euro ha alcanzado tasas anuales del 3,5% en el primer semestre, por encima de las previsiones de junio. Recordó que el año que viene la zona euro tendrá superávit presupuestario y pronosticó que el PIB seguirá por encima del 3% entre 2000 y 2002. Admitió que la inflación estará entre cuatro y siete meses por encima del objetivo del 2% que se ha fijado el BCE, pero a su juicio el pico inflacionario se alcanzó con el 2,4% de julio pasado. Y subrayó que a pesar del mal dato provocado por el encarecimiento del petróleo, la inflación europea es la mejor de las tres grandes áreas económicas.
El enigma del yen
En síntesis, la intervención del banquero europeo vino a sostener la tesis de que los mercados se equivocan apostando por el dólar y el yen en perjuicio del euro. "Para mí, el yen es un enigma", reconoció, porque no tiene sentido la fortaleza de una moneda que representa un déficit público de entre el 6% y el 7% del PIB, una deuda pública que ronda el 150% y una economía obligada a transformar radicalmente el sector inmobiliario o las pensiones.Más duro aún fue con el dólar. A su juicio, el déficit presupuestario estadounidense, que evaluó en 400.000 millones de dólares, es "insostenible y está destinado a sufrir una acción correctiva en el mercado". "Estados Unidos no tiene problemas financiando su déficit corriente porque está financiado por Europa", se lamentó.
"¿Están los mercados equivocados? Algunos creen que los mercados siempre tienen razón. Yo digo que el actual tipo de cambio está claramente desconectado de la relación económica fundamental entre al menos los dos grandes bloques económicos como son la zona euro y Estados Unidos, tal y como ponen de manifiesto toda una serie de indicadores económicos". Es probablemente la primera vez que una autoridad tan próxima a la más pura ortodoxia del mercado deja claro que el mercado se equivoca al apostar por el dólar y despreciar al euro.
Tanto Duisenberg como pocas horas antes el comisario europeo de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes, coincidieron en restar dramatismo a los efectos que la caída del euro tiene sobre los ciudadanos de a pie porque en el mercado europeo de 300 millones de personas "la tasa de cambio no es el principal factor en las relaciones de esos ciudadanos con terceras partes".
En su comparecencia ante la comisión económica del Parlamento Europeo, Solbes afirmó: "El euro ha sido un éxito porque ha impulsado mercados financieros más integrados y eficaces en Europa, una política monetaria única y una estabilización de las finanzas públicas; además, nos ha protegido mejor de las crisis financieras externas y ha mejorado la financiación de las empresas de cara al exterior".
Receta de austeridad
Pero tanto Solbes como Duisenberg coincidieron también en que uno de los remedios para los problemas del euro, más allá de la volatilidad de los mercados financieros, es la austeridad. Más austeridad aún, tras cerca ya de un decenio de cinturones apretados para crear la moneda europea. Más flexibilidad en el mundo laboral y económico, más contención salarial e incluso pérdida de poder adquisitivo. Más reformas estructurales. Mientras esas declaraciones se producían, el euro recuperaba algo del terreno perdido frente al dólar. A media tarde, tras las declaraciones de Duisenberg, la moneda única se cambiaba en el mercado de divisas a 0,8607 dólares, después de haber tocado al mediodía un nuevo mínimo histórico de 0,8553 dólares, lo que representa una depreciación de más del 27% desde su nacimiento en enero de 1999. El cambio oficial fijado por el Banco Central Europeo quedó en los 0,8614 dólares.
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