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"Soy un competidor nato"

Kobe Bryant es el rostro del baloncesto de Adidas. Invitado por su marca de ropa deportiva, el escolta de los Lakers pasó esta semana por Barcelona, para promocionar el modelo de zapatillas que calzó durante la fase final de la NBA y que él mismo ha diseñado. En su corta estancia en la ciudad, Bryant, uno de los candidatos a ocupar el trono vacío desde la retirada de Michael Jordan, mantuvo una entrevista con EL PAÍS.Pregunta. ¿Por qué motivo renunció a formar parte del equipo olímpico que luchará por revalidar la medalla de oro en Sydney?

Respuesta. Hay varias razones. Primero porque aún no he completado la recuperación de mi tobillo. Segundo, porque los Juegos acaban el 2 de octubre y la NBA empieza el tres; de haber ido, no hubiese tenido tiempo para recuperarme física y mentalmente de la temporada pasada. Y por último, porque quería prepararme bien para la próxima campaña, trabajar sobre mi juego, mi físico, hacer pesas...

P. Pero ¿renuncia a la posibilidad de acudir algún día a unos Juegos Olímpicos?

R. En absoluto. Estaré en los próximos.

P. Con la conquista del anillo de la NBA la pasada temporada, ¿cree que usted y Shaquille O'Neil han puesto los cimientos para marcar una época similar a la que Magic Johnson y Abdul-Jabbar protagonizaron en los ochenta?

R. No lo sé. Pero lo espero.

P. ¿Qué porcentaje de éxito le atribuye a Phil Jackson en la conquista del título?

R. ¡Uf! Muchísimo. Phil es un entrenador muy estricto y muy inteligente. Sabe cómo y cuándo romper al equipo contrario y, además, ha aportado una estructura sólida al equipo.

P. ¿Concibe que, tras ganar este título, el equipo pueda entrar de nuevo en una época de sequía como la que vivió a partir de 1988?

R. No. El éxito sólo se consigue a partir de la mentalización. Si quieres ganar, sólo puedes pensar en positivo. Los pensamientos negativos hay que desecharlos siempre.

P. ¿Cuántos dedos ha reservado para colocarse anillos de la NBA?

R. Tengo 10. No sé si jugaré tanto tiempo como para colocarme uno en cada dedo. Pero, en cualquier caso, lo más importante es trabajar día a día. Puedes tener una imagen mental de los títulos que te gustaría ganar, pero si no te centras y vas saltando de un sitio a otro, corres el riesgo de perderte.

P. Se tiende a comparar al actual equipo de Los Lakers con aquel mítico que marcó época en la década de los ochenta. ¿Qué diferencias establecería usted?R. Aquel equipo era muy bueno, pero muy diferente. Por citar algún aspecto, ellos jugaban a toda pista, mientras que nosotros lo hacemos sólo a media. Magic repartía más juego, mientras yo soy más anotador. Abdul-Jabbar jugaba más en el perímetro de la zona; Shaquille prefiere hacerlo dentro. Entonces había tres jugadores All Star (Magic, Kareem y James Worthy), ahora sólo hay dos, Shaquille y yo.

P. Usted presenta unas excelentes estadísticas en casi todas las facetas del juego. Pero ¿se considera más: un anotador, un distribuidor de juego o un defensor?

R. Yo aprendí a hacerlo todo, de modo que, dependiendo de contra quién juegue, desarrollo más una faceta u otra. Estudio los rivales y en cada momento decido qué es lo más adecuado. Por ejemplo, en el séptimo encuentro contra Portland me dediqué tres cuartos del partido a repartir juego y, en el último, tomé la responsabilidad de anotar.

P. ¿Piensa rivalizar con Vince Carter para heredar el trono dejado por Michael Jordan?

R. Competiré con Vince como lo haré con Garnet o con muchos otros porque soy un competidor nato. Pero no por el trono. No me preocupa. Michael, Vince y yo somos jugadores muy diferentes, no tenemos nada en común. Podemos compartir una visión del juego, pero nada más.

P. ¿Qué jugador ha tomado como referencia?

R. Muchos. No podría decir que tenga un ídolo. Me gustaba Magic por los pases que daba. Jordan, por su capacidad anotadora y Larry Bird, por su inteligencia.

P. Cuando el 7 de noviembre de 1991 Magic anunció su retirada a causa del virus del SIDA ¿recuerda qué sintió?

R. Lloré todo el día. No pude ir a la escuela. No entendía cómo podía pasarle algo así.

P. ¿Cómo se combinan dos personalidades tan fuertes como la suya y la de O'Neal dentro de la cancha?

R. Somos dos personas muy diferentes y, fuera del trabajo, no salimos juntos. Pero, al mismo tiempo, somos jugadores complementarios y tenemos una relación muy sólida dentro de la pista. En la cancha, por ejemplo, él habla más durante todo el partido; yo prefiero hacerlo en el último cuarto.

P. Usted ha pulverizado muchos de los récords establecidos por jugadores míticos de la NBA. ¿Cuál es el próximo que tiene en mente batir?

R. No lo sé. Tendría que jugar mucho tiempo para batir alguno de los que tengo en mente. Los grandes jugadores del pasado han puesto el listón muy elevado, de modo que le responderé en unos ocho o 10 años.

Italiano por dentro, americano por fuera

Si no fuera por esos casi dos metros de estatura (1,98 m) desde los que contempla la vida y por el virtuosismo que le delata cuando coge un balón, nadie diría que Kobe Bryant es una de las estrellas más sólidas de la NBA. Es puntual, huye de las excentricidades, se muestra accesible y siempre tiene un guiño para los niños.Se diría que desconoce el divismo tan al uso en el comportamiento de sus compañeros. Pese a su juventud -tiene 22 años recién cumplidos-, Kobe es el paradigma de buen profesional. El personaje ideal para cualquier responsable de mercadotecnia; en su firma deportiva lo saben bien. No cabe aleccionarlo. Acomete sus compromisos con estricta profesionaliad. Sabe cómo posar, cuándo mirar a la cámara y no regatea esa sonrisa con la que suele desarmar.Impregnado por la cultura italiana -de donde bebió de los seis a los 13 años, pues su padre finalizó allí su carrera como jugador de baloncesto-, gusta de vestir bien y del helado de vainilla. También de preservar su privacidad. Por eso le gusta Europa. Porque puede pasearse, salir de compras o escaparse de discotecas con su novia -tiene previsto casarse este mismo mes- sin que nadie le reconozca. También, porque despierta sus recuerdos de niñez, su italiano que aún habla con fluidez y un castellano en ciernes -su novia es de origen hispano-, que confía en mejorar. Curioso por naturaleza, dedica, además, parte de sus ganancias y de su tiempo a obras de beneficencia. Y lo hace sin publicidad. No admite fotos ni prensa.Hogareño y familiar -siempre se acompaña de sus padres-, su tiempo libre lo reparte entre la música -admirador de Michael Jackson, ha grabado un disco de rap-, las motos acuáticas, el parapente y los negocios. "Los negocios me divierten y son un reto para mí", apunta el propietario del Olimpia de Milán.

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