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El escándalo por ocultar fallos fuerza un cambio en la cúpula de Mitsubishi

Mitsubishi ocultó los fallos de sus vehículos durante 20 años y las consecuencias de su treta han llegado al corazón del constructor japonés. El grupo germano-estadounidense DaimlerChrysler pagará un 10% menos por un 34% del japonés, forzado a cederle de facto el mando de la compañía. El presidente de Mitsubishi anunció ayer su dimisión y será sustituido por su adjunto. Pero el verdadero hombre fuerte será un alemán enviado por DaimlerChrysler para ocuparse del día a día de la compañía.

Muy consciente de la necesidad de pasar página, Mitstubishi se ha puesto en manos del gigante germano-estadounidense. DaimlerChrysler anunció en marzo pasado la compra del 34% del capital por 2.400 millones de euros (400.000 millones de pesetas). Pero lo que realmente pagará serán 2.200 millones de euros (366.000 millones de pesetas) pesetas, un 10% menos, según anunciaron ayer sus directivos. El acuerdo elimina los límites a nuevas compras de capital de la japonesa por DaimlerChrysler después de que pasen tres años.No se trata del único problema del fabricante japonés, que atraviesa serias dificultades económicas. El escándalo de este verano las ha empeorado y ha conseguido desestabilizar a la compañía. Sus ejecutivos tuvieron que reconocer que durante 20 años habían disimulado miles de fallos de sus vehículos a las autoridades japonesas, habían escondido las reclamaciones de sus clientes y, en algunos casos, habían hecho reparaciones de forma secreta. Una confesión que ha llevado a la apertura de una investigación. Ayer, el Ministerio de Transportes presentó una denuncia por falsificación de documentos por la empresa durante inspecciones de rutina en marzo y noviembre de 1999.

Altos costes

Además, el grupo japonés afronta actualmente los costes de una campaña de unos 13.000 millones de pesetas para revisar en todo el mundo más de 700.000 vehículos defectuosos, 120.000 de ellos comercializados en Europa. Para superar el mal trago, Mitsubishi ha empezado por cambiar su dirección, un paso que se daba por hecho. Su presidente ejecutivo desde 1997, Katsuhiko Kawasoe, de 63 años, anunció ayer su dimisión. Kawasoe, el arquitecto de las alianzas de Mitsubishi primero con AB Volvo y después con DaimlerChrysler, estaba a punto de llorar cuando explicó que dejaba el puesto. "Ofrezco mis más profundas disculpas por la enorme molestia que hemos causado a nuestros clientes con nuestros problemas", dijo. Dejará su sillón el primero de noviembre a Takashi Sonobe, de 59 años, jefe de operaciones internacionales.Pero el verdadero jefe de Mitsubishi a partir de ahora va a ser Rolf Eckrodt, enviado por DaimlerChrysler desde Fráncfort como número dos de la dirección operacional. Su misión será aminonar las deudas de la compañía japonesa, superiores al billón de yenes. Kawasoe dijo que los cambios no afectarán su relación con la sueca Volvo en el negocio de los camiones.

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