Cadaqués
Hemos pasado unas cortas vacaciones en la villa de Cadaqués, y desgraciadamente no volveremos más, hasta que otros aires cambien este bello lugar de la Costa Brava.Al problema de las terrazas ilegales que hemos podido comprobar en la zona del Poal, hay que añadir el esperpéntico ruido de las motos, conducidas por inconscientes que van sin casco y pensando que están en un circuito competitivo de clamoroso ruido insoportable.
Otro problema que hay que destacar es el de la falta de limpieza; lamentable espectáculo antihigiénico es el que nos produce ver y oler los contenedores llenos, las calles sucias y con excrementos de perro por todas partes. Así como incomprensible es el hecho de que sólo haya un contenedor de papel, y que en la calle con más bares por metro cuadrado no haya ni un solo contenedor de vidrio.
En cuanto al tema cultural, sólo quisiera comentar que fuimos al Cap de Creus para ver una exposición internacional de artistas, el IV Cap d'Art, y nos comentaron alucinados que el Ayuntamiento había confiscado las obras de arte por cuestiones burocráticas. El colmo de este pueblo es enterarse del proyecto para construir un puerto en el idílico paraje protegido de Port Lligat, frente a la casa-museo de Salvador Dalí. Quo vadis, Cadaqués.- Olga Monteiro. Madrid.
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