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Peret se 'reconstruye' en su nuevo disco, acompañado por varios artistas

Diego A. Manrique

A sus 65 años, Peret publica el disco más ambicioso e internacional de su carrera. Rey de la rumba contiene Borriquito, El gitano Antón, Lo mato, Una lágrima, Saboreando y otros éxitos radicalmente reconstruidos por la aportación de grupos como Estopa, Dusminguet, Macaco, Jarabe de Palo, Amparanoia, Los Enemigos, los mexicanos de El Gran Silencio o los franceses de Sargento García.Rey de la rumba, trabajo con el que debuta Peret en Chewaka, la rama alternativa de la compañía Virgin, le ha permitido descubrir a inesperados fans: Peret ha grabado con el escocés-neoyorquino David Byrne, la cantaora Elena Andújar, el rapero cubano Nilo Castillo o el inclasificable Tonino Carotone, aparte de estrenarse cantando en euskera con Fermín Muguruza: "Yo no soy nada nacionalista, pero siempre me ha gustado cantar unos versos en gallego, que allí siempre he tenido un público muy bueno, y ya es hora de hacer algo en vascuence. Es de ley, ¿no?".

Es de ley reconocer que la rumba catalana constituye uno de los grandes descubrimientos de la música popular española. Peret quiere rectificar la versión ortodoxa de la génesis del invento, esa que le coloca a finales de los años cincuenta al lado de Antonio González: "El Pescaílla no tocaba rumba catalana, lo suyo era rumba flamenca, como Bambino, Amina y tantos otros artistas de los tablaos madrileños. Los puristas dicen que lo nuestro no es un palo flamenco, y es más cierto de lo que creen; nosotros veníamos del mambo y los ritmos cubanos, que mezclábamos con el rock and roll. Que no se ofenda nadie, pero es que en Barcelona siempre se está a la última, mientras me parece que en Andalucía sólo se escucha lo suyo".

Peret, que tantas veces actuó por Suramérica, viajó recientemente a La Habana, donde trabajó con la Vieja Trova Santiaguera: "Algunos de mis temas eran en realidad números cubanos, pero no sabíamos que habían sido escritos por Ñico Saquito y gente así. Allí se enteraron de mis éxitos, aunque nunca me guardaron rencor: llegué allí y me obligaron a salir al escenario y cantar con una de esas orquestas de salsa y, oye, fue tremendo. Lo único que les descolocaba era lo de 'rumba'; en Cuba es exclusivamente una música de negros que no se parece demasiado a lo que yo hago".

Respecto a la inoxidable popularidad de la rumba, Peret explica que no hay misterio, que se trata de "música perfecta para la fiesta. Hablo de la mía, que la rumba de Los Chichos y Los Chunguitos es como más dura. De hecho, hace unos años se intentó montar un disco parecido al de ahora y hablé con Santiago Auserón. Me dijo que Radio Futura y los demás grupos de rock terminaban cantando por Peret cuando se iban de juerga. Para hacer mis temas, no es necesario ser gitano. Además, cuando dejé la música para hacerme pastor, fue un payo, Gato Pérez, quien relanzó la rumba. Y venía de Argentina, como los gitanos catalanes, que íbamos allí a vender ropa".

¿Cómo era Peret en los asuntos comerciales? "Yo me defendía bien, pero el genio era mi padre. En la Plana de Vic le conocían cariñosamente como el mig amic, el medio amigo, un gitano muy amigo de todos hasta que se trataba de vender. Le puse ese nombre a una canción mía que ahora he recuperado con Dusminguet".

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