Empieza la temporada con Sabina y Carlos Vives arrasando en Las Ventas

Como cada año, septiembre se convierte en uno de los meses más musicales gracias, entre otras cosas, a la disponibilidad de la plaza de toros de Las Ventas. Rutilantes estrellas de todos los estilos se dejarán caer por ese coso. Esta semana lo hacen Joaquín Sabina y Carlos Vives. Además, se presenta el Festimad con el concierto de Deftones en Móstoles. Y es que la periferia vive sus fiestas con actuaciones como las de Dover, Hechos Contra el Decoro, Danza Invisible, Ariel Rot, La Mosca, Malú o Tahúres Zurdos.

- Sabina, Vives y los demás. Al amparo de la actuación estelar de Joaquín Sabina en Las Ventas, hay muchos cantautores estos días por los bares de Madrid. En Libertad 8, cuna de buena parte del renacer del género, se suceden desde hoy mismo Nauta (antes Paco Bello), las parejas canarias formadas por Esther Ovejero y Agustín Ramos y por Eva de Goñi y Andrés Molina -que hacen doblete en Clamores-, Pedro Herrero -de Cantad, Cantad, Malditos- y Carlos Chaouen. Además está Esmeralda Grao en Honky Tonk y Habana Abierta en Suristán. Por encima de ellos destacan, más veteranos, Luis Pastor y Pepín Tre. Pero toda la atención está puesta en la presentación de 19 días y 500 noches en Las Ventas. Ahí, Joaquín Sabina se la juega, aunque sabe que sale al escenario con el público ganado de antemano. Arrastra fama de golfo, bohemio y noctámbulo, pero es el suyo un espectáculo muy cuidado. Aunque anuncia sorpresas para el de Madrid, durante toda la gira que ha realizado este verano por España, su recital tiene lugar en una recreación de una estación de tren que sitúa en Linares-Baeza, pero perdida en el tiempo con trenes que no llevan destino concreto. Un montaje casi teatral, con un sinfín de proyecciones y personajes entre lo kafkiano y humorístico.

Carlos Vives pondrá un par de días antes, en el mismo lugar, la nota exótica y tropical. Antigua estrella de culebrón colombiano, Vives recuperó la cumbia y el vallenato tradicional de su Colombia natal para darlos a conocer al mundo con una visión moderna, pero respetuosa. Ahora mismo, Vives posee el mayor número de candidaturas para los premios Grammy latinos que se darán a conocer la semana próxima en Los Ángeles. Todos ellos gracias a su último álbum, El amor de mi tierra, que, con producción de Emilio Estefan, ha despachado en España más de 300.000 unidades.

- Periferia rockera. El rock más contundente se va a la periferia, pues en Móstoles, que anda de fiestas, se presenta el Festimad 2001, con Deftones como estrellas de cartel. Una velada que se completa con los grupos españoles Sober, B-Violet y Dut; estos últimos, en sustitución de RIP KC, retirados de cartel por una desgracia personal. Dover recala también en el mismo lugar, lo mismo que un día antes Hechos Contra el Decoro y el sinfín de bandas que compiten en el certamen de rock Villa de Móstoles para bandas noveles.

El rock de los navarros Tahúres Zurdos y la coña de La Mosca celebran las fiestas de Valdemoro, mientras que la copla moderna de Malú se sitúa en Navalcarnero.

Además, la gira Ducados lleva a Ariel Rot, Danza Invisible y Café Quijano a un concierto compartido en Móstoles.

- Rock y jazz en la capital. Posiblemente sea el de los norteamericanos Supersuckers el concierto más gamberro de estos días. Facturan un punki-rock muy divertido. Sonotones, del foro, les harán de teloneros. Además, Brintragos recreará, como siempre, viejas canciones de Los Brincos, mientras que Mi Venerable Gato y Garaje Jack se confabulan en Siroco, en el primer viernes de programación normal, sin Operación Biquini. El Sol también normaliza sus actuaciones con The Cynics, Gluecifer y Gaza Strippers.

La suavidad de la bossa brasileña y la lounge music llegan a Suristán de la mano de Beatrice Binotti y Ramón Leal, una pareja deliciosa. Juan Cortés le da al piano flamenco, y Al Son Del Sur, al rock de ecos jamaicanos.

El pianista de jazz Joshua Edelman, de origen neoyorquino, pero ya madrileño por los años que lleva viviendo en la ciudad, pasa la semana en el Central acompañado del saxofonista Francisco Blanco, conocido con el apodo de Latino.

En Clamores, el blues-rock y el rock clásico se manifiestan solemnes con la aportación de Graham Foster. Este veterano guitarrista se presenta dos noches con su grupo de reconocidos músicos.