El fruto de la rebeldía

"El flamenco es una enumeración caótica de ideas y sentimientos que, al final, adquiere un sentido". Así entiende el género la directora de escena Pepa Gamboa, quien está convencida de la analogía entre el flamenco y la poesía de Bernardo Atxaga.Esta similitud es la base de Inventario, el espectáculo basado en la obra Henry Bengoa, Inventarium, de Atxaga, que se estrenará el próximo día 14 en el teatro Lope de Vega de Sevilla, dentro de la XI Bienal de Flamenco. El ciclo comienza mañana, en el Real Alcázar, con un homenaje a la bailaora Matilde Coral.

El montaje que dirige Pepa Gamboa es un collage, un collar como dicen los flamencos, en el que se superponen teatro, flamenco y musical al estilo del cabaret cantante de los años treinta. La bailaora Isabel Bayón, el guitarrista y compositor Rafael Riqueni y el cantaor Arcángel protagonizan la parte flamenca del espectáculo. La música, inspirada en las colaboraciones de Kurt Weill y Bertolt Brecht, correrá a cargo de La Banda de la María, dirigida por Luis Navarro, y el teatro, con fragmentos de Hamlet, Fausto y El burlador de Sevilla, sostendrá el hilo argumental del espectáculo.

El heterogéneo equipo, que cuenta con las guitarras flamencas de Jesús Torres y Paco Arriaga, y la percusión de El Pájaro, está enclaustrado en la sede del Centro Andaluz de Teatro desde mediados de julio. "Estamos poniendo en marcha un engranaje muy dispar. Es complicado, pero gratificante. Toda la obra está basada en un proceso de construcción y deconstrucción", explica Pepa Gamboa, que sabe como engarzar el flamenco en la estructura teatral, como demostró con el montaje ¡Mira! Los zapatos rojos, protagonizado por el bailaor Israel Galván.

"Inventario es realmente como un collar, un ensamblaje en el que las cuatro joyas son las actuaciones flamencas", comenta Gamboa. La directora de escena sevillana está al frente de dos de las propuestas más arriesgadas de la Bienal, La metamorfosis, con coreografía de Israel Galván, e Inventario, una obra que pretende romper fronteras entre lo culto y lo popular. "Como ocurrió en la Alemania de los años treinta, el cabaret está en la frontera entre el divertimento y la poética social", escribe Pedro G. Romero, autor de la versión del poema de Atxaga y de la coordinación artística del montaje.

Para José Luis Ortiz Nuevo, poeta, ensayista y director de la Bienal de Flamenco desde su creación hasta 1996, el texto de Bernardo Atxaga es una "historia de amor y muerte", como la mayoría de las letras del flamenco con una "música deconstructivista". "La obra es una inmensa seguiriya", añade Ortiz Nuevo, que en esta producción interviene como actor y asesor flamenco.

Ortiz Nuevo aparece en escena junto a los actores Inma Pérez La bruja y Manuel Rodríguez. Los tres intérpretes encarnan a los amigos que emprenden un viaje para buscar a Henry Bengoa, a quien nunca encuentran.

La acción teatral transcurre en un escenario elevado, situado por encima del nivel habitual; mientras que abajo está La Banda de la María, una versátil formación sevillana.

El poema de Atxaga se intercala con lo que el equipo llama los textos barrocos: fragmentos de obras clásicas que tratan el tema del amor y la muerte. Estas escenas estarán protagonizadas por Julián Villagrán, Candela Fernández y Manuel Linares.

Inventario, que podrá verse los días 14 y 15 en el teatro Lope de Vega, es el segundo trabajo de la compañía sevillana El Traje de Artaud, que comenzó su andadura hace dos años con el monólogo Por dos letras. Las mil y una historias de Pericón de Cádiz, escrito e interpretado por Ortiz Nuevo. En este montaje colabora BNV Producciones, un centro que se dedica a desarrollar las propuestas más arriesgadas dentro de las artes plásticas y que ha decidido potenciar la relación entre le flamenco y el otras artes. Inventario está patrocinado por la Consejería de Cultura, el Ayuntamiento de Arahal (Sevilla) y el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco.

"Soy un cómico y busco a Henry Bengoa. Lo busco en el puerto de Hamburgo, en mi memoria, en el recuerdo, en la esperanza rota, en los versos...Lo busco por todos lados, pero no lo encuentro", dice Ortiz Nuevo, un poeta que está convencido de que el flamenco es "el fruto de la rebeldía".