Ferrero invoca a su espíritu
El valenciano, muy mentalizado, supera a Gumy, mientras Conchita pierde ante Dementieva
Seguir vivo en un grand slam exige a veces un esfuerzo suplementario que algunos jugadores no parecen dispuestos a ofrecer. Durante la primera semana del Open de Estados Unidos ha podido comprobarse cómo la falta de consistencia y de confianza en las propias posibilidades ha acabado hundiendo a muchos jugadores. Ayer, Juan Carlos Ferrero superó un auténtico calvario gracias a su fortaleza no sólo física sino mental, pero Conchita Martínez, con una bronquitis, fue incapaz de defender sus opciones y perdió ante la rusa Elena Dementieva (25ª mundial) por 6-4, 6-1 en 1 hora y 23 minutos.Ferrero vivió en la madrugada del viernes una de aquellas jornadas en las que sólo el espíritu puede salvarte. Se enfrentó al argentino Hernan Gumy (96º mundial) y tuvo que realizar un esfuerzo mental realmente importante para no tirar la toalla, cuando perdió la tercera manga en el desempate, tras sacar para ganarla, y se vio de golpe dominado por dos sets a uno. "Fue un auténtico palo", dijo luego el jugador. "Te das cuenta de que tenías el partido en la mano y, en cambio, te quedan dos mangas por ganar si quieres seguir adelante".
Para muchos jugadores esta situación se convierte en irresoluble. Se hunden y acaban renunciando. Pero Ferrero, de 20 años, está iniciando una brillante carrera y se negó en redondo a aceptar el desastre. "Es evidente que no estoy al tope de mi juego. Pero al menos lucho y estoy bien de cabeza". Gumy, de 28 años, luchaba por otro objetivo: está en la parte final de su carrera profesional y su balance es de un título (Santiago, en 1996) y cuatro terceras rondas en el Grand Slam. Sigue necesitando un buen resultado para salvar su carrera.
Gumy logró mantener un nivel de aciertos impresionante durante las tres primeras mangas. Ferrero, que conectó sólo el 44% de sus primeros saques, debió sobreponerse a la evidencia de que esta vez su juego no le bastaba. Y recurrió a su espíritu. Le dio resultado. Gumy no estaba preparado para tanta resistencia, y su solidez se fue resquebrajando, hasta acabar perdiendo. Ferrero tendrá otra dura prueba en la tercera ronda frente al suizo Roger Federer (40º).
También Carles Moyà mostró su aspecto más positivo. "Por fin", comentó, "vuelvo a sentirme en mi mejor nivel de juego". Logró una victoria importante frente al checo Slava Dosedel (50º mundial), que le arrebató la segunda manga y sacó con 5-4 para adjudicarse la tercera. "Físicamente estoy mejor incluso mejor que en 1998". Aquel año llegó a las semifinales tras eliminar a Àlex Corretja en octavos de final. Esta vez, Corretja y Moyà se encontrarán hoy en la tercera ronda, con un balance global de 4 victorias a 3 para el mallorquín.
El aspecto mental tuvo también una incidencia decisiva en la derrota que sufrió Conchita Martínez. La aragonesa había vencido dos veces a Dementieva, pero ayer las cosas se le torcieron desde el principio (0-2 de entrada) y fue incapaz de remontar el vuelo. Con 4-5 en la manga inicial, buscó tiempo para recuperarse solicitando asistencia médica en la pista. Luego, ya con la primera manga perdida, se fue al lavabo, para intentar recuperarse del esfuerzo físico suplementario a que la obligaban sus problemas respiratorios. Sin embargo, en la pista no hizo nada para buscar soluciones. No cambió sus esquemas. Levantó la bola, jugó con el revés cortado, sin darse cuenta de que aquello la obligaba a correr más y más. En el segundo set, ya rendida, dejó una imagen patética y ganó sólo 11 puntos.
Fue una imagen bien distinta de la que mostró Magüi Serna frente a la surafricana Amanda Coetzer (13ª cabeza de serie). Ganó por 7-5, 7-6 (7-3), en un partido complicado, de aquellos que fácilmente podían escapársele. Ahora se enfrentará a Venus Williams. Arantxa jugará contra la francesa Nathalie Tauziat, a la que ha ganado en sus 11 enfrentamientos previos. Galo Blanco fue eliminado por Thomas Johansson, 6-4, 7-6 (7-4), 6-2. Y ayer perdieron también el australiano Marc Philipusis (16º cabeza de serie), finalista en 1998, frente al americano Jan-Michael Gambill por un triple 6-4; y Kafalnikov, ante Hrbaty: 6-4, 7-6 (7-5), 6-1.
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