La Bienal va por Barrios cierra su mejor edición

La Bienal va por Barrios concluyó del modo más flamenco posible, ya que el fin de fiesta organizado por los responsables del ciclo, en el Palenque, de la isla de la Cartuja, fue un éxito. Todos los presentes pudieron disfrutar con los compases procedentes de Jerez, Lebrija, Utrera y Sevilla, que marcaron una vez más el tradicional sendero de la música gitano-andaluza.Angelita Vargas fue, sin ningún genero de dudas, la artista más destacada en la noche del jueves. Su baile por soleá fue con mucho, lo mejor. El cante del Lele de Camas y El Biencasao, junto con la guitarra de Ramón Amador, sirvieron para que la sevillana se moviera por el escenario del Palenque con la soltura de una joven de veinte años. Pero no quedó ahí la cosa, puesto que no contenta, sacó a sus nietos para que bailaran por bulerías y levantasen de sus asientos a una buena parte del público.

También tuvo pellizco la actuación de Anabel, sobrina de Manuel de Paula, que cantó por bulerías con mucho gusto, mostrando muy buenas maneras y un bonito metal de voz.

Juan Diego, el benjamín de la familia, se pegó una pataíta al más puro estilo del Funi. Cuerpo erguío y manos arriba, haciendo el baile sobre el espacio que ocupa una loza en un cuarto.

Pero con Lebrija también llegó la variedad, puesto que fueron los únicos que cantaron además de por bulerías, por seguiriyas y por alegrías, quitándole monotonía a una noche que iba camino de hacerle la competencia a la Fiesta de la Bulería de Jerez.La sonanta de Antonio Moya fue la que mejor sonó, ya que incluso tuvo tiempo de lucirse y acordarse de Diego del Gastor.

Utrera, con la feria a la vuelta de la esquina, se presentó con un cuadro al que llamaron Fuente Vieja. Los jóvenes herederos de Perrate, Fernanda, Bernarda, Bambino, Gaspar,..., trajeron el sabor de su tierra al compás de la soleá por bulerías.

Fue Tomás de Perrate el que más se acercó al eco de sus mayores, puesto que la mayoría de los cantes que sus compañeros interpretaron fueron demasiado largos para lo que suele ser habitual en Utrera. La joven Encarna Jiménez bailó mejor que cantó y Jesús de la Frasquita apuntó algunos detalles.

Para poner la guinda estaba el grupo Sabor Jerez, capitaneado por Fernando Moreno, que al compás de la bulería tuvo una actuación acorde con las circunstancias.

Sin embargo se echó en falta al joven Zarzuelita, que no pudo acompañar a sus compañeros en la despedida del ciclo previo a la Bienal.

A pesar de esta importante ausencia, Nagore Moreno y José Gálvez estuvieron a un buen nivel, sobre todo la primera. Pero una vez más el Pescaílla deslució la intervención de su grupo con unas bulerias con letra de Barrio Sésamo que estuvieron completamente fuera de contexto.