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Suharto se niega a acudir al tribunal para ser juzgado por corrupción

Un tribunal de Yakarta aplazó hasta el próximo 14 de septiembre el inicio del juicio por corrupción contra el general Suharto, después de que sus doctores personales alegaran que el ex dictador indonesio sufre graves problemas de salud que imposibilitan su comparecencia ante la justicia. El tribunal ordenó un nuevo examen médico por parte de sus doctores y un equipo independiente que lo había declarado apto para el proceso.

Observadores internacionales y diplomáticos europeos temen un estallido de la violencia si Suharto no llega a ser juzgado. La grave crisis política y económica que atraviesa el archipiélago podría verse seriamente agravada si Suharto no comparece ante la justicia. Los estudiantes, auténticos artífices de la caída del dictador en mayo de 1998, han comenzado sus protestas y manifestaciones ante la "farsa" del mencionado proceso y el creciente desencanto por la inoperancia política del primer Gobierno democrático tras más de 30 años de sangrienta y ruinosa dictadura.Observadores internacionales y diplomáticos europeos temen que la incomparecencia de Suharto ante los tribunales desemboque en una oleada de protestas estudiantiles, como las que asolaron el país y provocaron el derrocamiento del dictador.

Acusado de apropiarse de 570 millones de dólares (100.000 millones de pesetas) destinados a varias organizaciones benéficas, Suharto ha eludido todos los interrogatorios previos al juicio alegando graves problemas de salud, cuando ha sido visto en condiciones normales en diversos actos públicos.

La paciencia de los estudiantes está llegando al límite. Albergaban serias esperanzas en el nuevo Gobierno, pero se están desvaneciendo sin remedio. El Gobierno que dirige Abderramán Wahid desde el pasado mes de octubre no sólo no ha tomado medidas serias contra la corrupción, sino que ha segado con rotundidad el trabajo de aquellos que emprendieron tímidas reformas. Así ocurrió con el ex ministro de Economía Laksamana Sukardi, cesado fulminantemente tras reclamar un crédito no devuelto a una poderosa compañía dirigida por un amigo de Suharto.

Los estudiantes han visto cómo las grandes reformas políticas y económicas del país aún se encuentran sin abordar y el clan del dictador continúa operando sin problemas. El propio Wahid ha reconocido que Suharto amasó una fortuna que podría superar los 45.000 millones de dólares entre cuentas corrientes, fincas privadas, propiedades, acciones, compañías de todo tipo, obras de arte o aviones privados. Los estudiantes, que durante muchos meses han mantenido la calma, reclaman un juicio riguroso por corrupción y una profunda investigación sobre las graves violaciones de los derechos humanos durante la dictadura.

Organizaciones internacionales para la defensa de los derechos humanos calculan que más de medio millón de personas fueron asesinadas entre 1965 y 1966 por las fuerzas leales a Suharto, quien les acusaba de comunistas, y más de 200.000 murieron en los tres primeros años de ocupación de Timor Oriental, la ex colonia portuguesa invadida por el Ejército de Yakarta en 1975.

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