El Ballet del Bolshoi rejuvenece la historia de 'Giselle' en el Arriaga

El Ballet ruso del Teatro Bolshoi presentó ayer en Bilbao la obra Giselle, que desde mañana y hasta el domingo 3 de septiembre, estará en cartel en el Teatro Arriaga. La compañía, que cumple esta temporada 225 años, presenta una nueva versión coreográfica de la Giselle de Adam, con unos cambios aportados por su director Vladimir Vassiliev, quien ayer mismo fue cesado como director artístico principal del Bolshoi por decreto presidencial.

"Más nervio y vitalidad"

La dulce campesina Giselle paseará sus amores durante cuatro días por el escenario del Teatro Arriaga de Bilbao en el montaje del gran Ballet ruso del Teatro Bolshoi. Dos de sus bailarinas serán las encargadas de encarnar sobre el escenario a este personaje ya mítico creado por el compositor francés Adolphe Adam (1803-1856) en el siglo XIX. Se trata de Svetlana Lunkina, "quien aporta la juventud de sus 21 años", según el director artístico de la compañía Mijaíl Tsivin, e Inna Petrova, quien le aporta al personaje "juventud y experiencia a la vez. Aunque tanto la música de Adam como la coreografía creada en 1850 por el francés afincado en Rusia Marius Petipa, en la que se basa la versión del Bolshoi, pertenecen a una época ya lejana, la historia de los amores de la bella Giselle con el joven noble Albrecht - interpretado por Nikolai Tsiskaridze y Andrei Uvarov- sigue enganchando al público.Por eso la historia ha sido respetada, aunque la coreografía ha sido retocada por el hasta ayer director artístico principal del Bolshoi, Vladimir Vassiliev, cesado súbitamente ayer por decreto del presidente ruso, Vladimir Putin, tras estar cinco años al frente de la compañía y desde los 18 trabajando en ella, primero como bailarín y después como coreógrafo. Tsivin, que no quiso comentar el cese de Vassiliev, explicó los cambios introducidos por el ya ex director artístico por la necesidad de "poner el arte al día, aunque se respete la línea clásica". Esa actualización se concreta, según explicó Tsivin, en "darle una mayor tensión dramática a la obra, y especialmente a algunos de sus personajes".

Ése es el caso de Hilarión, el amante despechado de Giselle, que de ser un segundón "ha pasado a tener un lugar más destacado en la versión de Vassiliev", aclaró Tsivin. Ese mayor protagonismo ha llevado a cambiar la puesta en escena del primer y el segundo acto. Otro cambio claro ha sido la danza de la vendimia, que ha pasado de ser ejecutada por dos bailarines a ser interpretada por cuatro. En definitiva, segun Tsivin, "la obra ha ganado más nervio y vitalidad" en la nueva versión de Vladimir Vassiliev.La intención renovadora que suponen los cambios de Vassiliv se complementan con un vestuario diseñado por el modisto francés de alta costura Givenchy. La línea más clásica la representan los decorados del ballet, realizados en 1944 por Borís Volkov, que continúan en uso gracias a las restauraciones a las que son sometidos periódicamente.

Con esta son ya tres las veces que el Bolshoi ha actuado en España en esta temporada 2000-2001, que supone el 225º aniversario de la compañía, aunque el verdadero cumpleaños se celebre el próximo 28 de marzo. La primera fue el 27 de julio, cuando se estrenó en el Liceo barcelonés La bella durmiente. Tras volver a Rusia, la compañía regresó a España para tan sólo ocho representaciones previstas, cuatro en el Festival Internacional de Santander y otras cuatro en Bilbao, con Giselle en escena.

Durante sus 225 años existencia, el Ballet del Teatro Bolshoi ha crecido espectacularmente. De las 43 personas que componían la compañía en 1775 se ha llegado a las 263 de hoy en día, de las que 212 son artistas.

Este numeroso elenco permite a la compañía de ballet llegar a actuar en dos lugares a la vez, como a finales del junio pasado, cuando el Bolshoi tuvo al mismo tiempo en cartel La bella durmiente en el Liceo de Barcelona y Don Quijote y Romeo y Julieta en Nueva York.