Para el día después
El tomate nos gusta de todas maneras. Es compañero ideal en la cocina, tanto como ingrediente de ensaladas, bocadillos, guisos y del gazpacho, y es protagonista solitario como refresco. En su versión de zumo, tiene virtudes para el día después, que no vamos a descubrir a estas alturas. Y cuando lo preparamos con un exquisito cuidado descubrimos lo que en las viejas películas de Humprey Bogart se llamaba un Bloody Mary.Para la preparación de este combinado clásico necesitamos una botella de zumo de tomate, que verteremos sobre un vaso ancho con mucho hielo. A continuación le añadimos el zumo de un limón, una copa de vodka, un chorrito de tabasco y una cucharada sopera de salsa perris.
Sin olvidarnos de la sal, que resulta mucho mejor si la acompañamos con una pizca de apio. Ya sólo queda revolver el cóctel a conciencia y esperar a que la cabeza nos vuelva a su sitio y el estómago se recomponga.
Por cierto, si queremos ser más naturales podemos realizar el combinado con tomates frescos y maduros. Para ello, tenemos que meter todos los ingredientes en una batidora, previo pelado y despepitado de los frutos.
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