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Al menos cuatro personas, atrapadas al arder la torre de comunicaciones de Moscú

Cuando aún no se han apagado los rescoldos de la tragedia del submarino nuclear Kursk, una de las mayores obras de ingeniería de Moscú, orgullo tecnológico de Rusia, la torre de telecomunicaciones Ostánkino sufrió ayer un espectacular incendio a causa de un cortocircuito. Cuatro personas se encontraban anoche atrapadas en un ascensor. Otros profesionales que trabajaban en la torre no aparecían por ninguna parte, según la agencia Itar-Tass.

Putin reacciona rápido

Anoche, los servicios de rescate no habían conseguido dar con los tres bomberos y la empleada atrapados en uno de los ascensores. La situación recordaba a la desesperación por el rescate de los marinos del Kursk, pues los bomberos disponen de bombonas con oxígeno para apenas dos horas. No se logró establecer ni nguna comunicación con ellos. Varios bomberos declararon anoche tener pocas esperanzas de rescatar con vida a los atrapados.Según la agencia Itar-Tass, en medio de la confusión anoche no estaba claro el paradero de dos policías y al menos ocho ingenieros que trabajaban en la torre de telecomunicaciones y se encontraban en su interior cuando comenzó el incendio.

Lo que empezó como un pequeño incendio en la torre cilíndrica de televisión de Moscú, la segunda estructura más alta del mundo, acabó convirtiéndose ayer en una pesadilla. El incendio comenzó a las 15.40 (dos horas menos en la península) en uno de los puntos más elevados de la torre, a 460 metros. Aunque en un principio se pensó que el incendio sería apagado en pocos minutos, pues afectaba sólo a diez metros cuadrados, las dificultades técnicas con las que se toparon los bomberos hicieron que las llamas se propagaran con rapidez hacia abajo. A consecuencia de este incendio, los principales canales de televisión rusos dejaron de emitir. Las personas que se encontraban en el restaurante giratorio llamado El Séptimo Cielo, a 337 metros de altura, fueron evacuados rápidamente, sin que se informara de ningún herido. Este restaurante es frecuentado por turistas nacionales y extranjeros.

El esfuerzo de los bomberos se concentraba anoche en detener las llamas en una altura de 250 metros. Un portavoz de este cuerpo anunció a última hora que las llamas habían sido aisladas, pero el fuego distaba aún de estar sofocado. Tras nueve horas y media de lucha contra el humo y las llamas, dos barreras con asbesto y otros materiales no combustibles frenaron al menos la expansión del fuego por los 533 metros de la torre Ostánkino.

En Moscú siguen emitiendo varios canales, entre ellos el que pertenece al imperio mediático del magnate Vladímir Gusinski; los informativos de este canal están siendo retransmitidos por una segunda emisora para los habitantes de Moscú y sus alrededores. En el resto del país, no hay problemas.

Las informaciones sobre heridos y desaparecidos son contradictorias, pero se sabe con certeza que dos ascensores se desplomaron a cientos de metros de altura y causaron un foco de incendio en la planta baja, mientras que los otros elevadores lograron detenerse a los 225 metros de altura. En uno de ellos había siete bomberos, que lograron ser evacuados; en otro, que subió automáticamente debido al sistema de contrapesos, quedaron atrapados la empleada, una ascensorista, y los tres bomberos.

Debido al incendio, existe el peligro de que la parte superior de la torre se venga abajo, por lo que la policía ha acordonado los accesos inmediatos y no permite acercarse a nadie.

La torre de Ostánkino fue terminada en 1967 y fue la construcción más alta del mundo. Ahora es la segunda, después de la torre de Toronto, Canadá.

Según el Servicio Federal de Seguridad, no hay datos de que el siniestro sea obra de algún grupo terrorista. Por el momento, la versión oficial es que se produjo debido a un cortocircuito.El incendio también ha dañado en parte las comunicaciones del Ministerio del Interior y del servicio médico de urgencia, lo que puso en alerta al Kremlin. El presidente Vladímir Putin esta vez reaccionó con rapidez, después del fiasco del submarino, y convocó de inmediato al ministro de Comunicaciones e Informatización, Leonid Reiman, para discutir sobre la posibilidad de reanudar las emisiones de las televisiones estatales desde otros lugares.

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