"La poesía siempre ha estado comprometida"
Con apenas 23 años, Luis Melgarejo tiene en el bolsillo nada menos que un Premio Hiperión de Poesía, con su obra El libro del cepo. Con apenas 23 años también, la carrera a la que le dedicó todo su tiempo, Filología Hispánica, le ha servido para poder trabajar de noche en una fábrica de cubitos de hielo. Es el estigma de su generación. "Todos nosotros", dice, "hemos hecho las cosas que nos decían que teníamos que hacer para tener un trabajo. Nosotros hemos cumplido. El sistema no". Es un buen poeta y un buen batallador.Pregunta. Parece que hay un auge de escritores muy jóvenes y muy buenos por los que están interesados las editoras...
Respuesta. Creo que es porque hay unas condiciones que permiten a los jóvenes escribir. Y tampoco se había descubierto que el joven puede vender. Supongo que también está el interés de la editora, que al fichar a un joven a los treinta años se asegura sus publicaciones para cuando tenga 40 ó 50.
PALABRA ANDALUZA
Director: Sergio Leone. Intérpretes: Clint Eastwood, Lee van Cleef, Eli Wallach.
P. ¿Por qué el título de Libro del cepo?
R. Se trata de una metáfora sobre la misma escritura; la escritura entendida como un mecanismo peligroso en el que se pueden pillar los dedos tanto el que la escribe como el que la lee. En cierto modo, es un libro que pretende denunciar el mundillo literario, los críticos, las modas, las contramodas, todo eso.
P. ¿Debería enseñarse buena literatura en los colegios? Es decir, ¿enseñarse a escribir buena literatura?
R. Se dice que eso ya se hace, pero yo creo que no se enseña ni a escribir ni a escribir buena literatura. No es que no se enseñe porque no haya voluntad o interés. El problema radica en que, si tienes 40 personas en una clase, no puedes dar una enseñanza de calidad, ni en literatura, ni en matemáticas, ni en nada que pueda ser interesante para el futuro.
P. El programa Gran Hermano, ¿habría tenido el mismo éxito si, en lugar de Ania o Ismael, hubieran estado encerrados en él Lorca o Mozart?
R. Habría dado lo mismo. La cuestión no radica en el valor intelectual de los protagonistas, sino en el hecho de estar mirándolos. Lo importante era mirar, no a quién se miraba. Eso, y nada más.
P. Muchos jóvenes poetas granadinos están empezando a despuntar en el panorama nacional. ¿Se puede hablar de una nueva generación?
R. Creo que no, porque cada uno hace cosas distintas. Lo que sí hay son conversaciones sobre ideas de trabajo o literatura, pero luego cada cual lleva su credo poético por el camino que mejor le parece. Es cierto que somos amigos, y que nos conocemos, y que coincidimos en la revista Letra clara, pero cada uno tiene su propio mundo y su propio estilo.
P. En los tiempos que corren, con guerras como la de Sarajevo o el desprecio hacia los inmigrantes, ¿cree que volvería a hacer falta una poesía comprometida socialmente?
R. Yo creo que la poesía siempre ha estado comprometida. Lo que hay que ver es con qué está comprometida. Pienso que tan comprometido es el poeta panfletario como el preciosista. De cualquier modo, creo que sí es necesario un compromiso, porque no hay más que ver lo que está pasando. Y uno no puede cerrar los ojos. A menos que uno sea un tarado que no entiende lo que ocurre, al final sale el compromiso de la poesía.
P. ¿Cree que su generación está en un buen momento social, económico?
R. No. En absoluto. Yo cada día me digo: tengo derecho a un puto trabajo. Tengo el derecho de tenerlo, no la obligación de buscármelo. Nosotros hemos hecho todas las cosas que nos dijeron que teníamos que hacer para tener al fin un trabajo y una vida digna. Y nos engañaron. Nosotros hemos cumplido. El sistema no. No sé si nosotros somos una generación desencantada. Supongo que hay de todo. Pero casi todos estamos más o menos en la misma situación.
P. ¿Qué hace un joven poeta cuando a los 23 años tiene ya un Premio Hiperión?
R. Pues lo que yo: envasar hielo por las noches en una fábrica de cubitos, un trabajo que, como verá, va que ni pintado a la carrera de Filología Hispánica. Estudié Filología porque mi ilusión era envasar cubitos por la noche. De cualquier manera, creo que hay gente en situaciones mucho peores que la mía.
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