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El PSOE suspende de militancia a los ediles que lograron la alcaldía de Chiva con un tránsfuga del PP

La quiebra del pacto contra el transfuguismo suscrito por todos los partidos políticos ha tenido un réplica inmediata en la localidad valenciana de Chiva de parte de la Ejecutiva Federal del PSOE. Un día después de que el socialista José Luis Yebra asumiera la alcaldía con el apoyo de un concejal tránsfuga del PP en un tumultuoso pleno municipal celebrado entre abucheos, aplausos y el estrépito de alguna traca, la Ejecutiva Federal del PSOE acordó suspender cautelarmente de militancia a los cinco concejales socialistas de Chiva "como medida previa a su expulsión del partido".La dirección federal recuerda, a través de una escueta nota, que "la iniciativa municipal no contaba con la autorización de los órganos superiores y competentes del partido"; señala que la comisión gestora del PSPV había advertido a los concejales de que no presentaran la moción de censura; y califica de "extrema gravedad" el proceder de los cinco implicados por "incumplir con una condición ética que ha sido respaldada por todas las fuerzas políticas, en aras de dignificar la vida política".

La localidad de Chiva, a 30 kilómetros de Valencia, ha dejado de ser un núcleo aislado para convertirse en un término estratégico del tercer cinturón de la capital regional muy bien comunicado por la autovía hacia Madrid. Una zona natural de expansión propicia para los especuladores, como señalan fuentes de la estructura provincial del PP en Valencia.

Pero al margen de supuestos intereses particulares, Ramón Antolí, el concejal tránsfuga del PP que cedió la alcaldía a los socialistas de acuerdo con un pacto firmado ante notario, sigue siendo el gran protagonista. Ayer anunció que presentará una querella contra el ex alcalde del PP, Joaquín Salvo, por "extorsión, difamación, amenazas e insultos". Antolí asegura tener grabadas varias amenazas en el contestador de su teléfono móvil con menciones a su familia y sostiene que el PP llegó a ofrecerle puestos de trabajo para él y su esposa si retiraba su apoyo a la moción de censura. También comenta que sus antiguos compañeros de partido se ofrecieron a colaborar para levantar el embargo bancario que pesa sobre su casa debido a ciertos problemas financieros.

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