En la piel de una actriz
Joyce Carol Oates asegura que empezó a interesarse por Marilyn tras ver una foto de Norma Jeane con 17 años, mucho antes de convertirse en un mito sexual. "No tenía ni idea de lo que le esperaba", contó la escritora norteamericana al USA Today, poco después de la publicación el pasado abril en Estados Unidos de Blonde. "Era como una de esas chicas que tanto vi en mi infancia en Lockport, New Jersey". La novela generó todo tipo de críticas hace unos meses. The New York Times alabó la proeza de la autora, "que ha sabido dar el impacto visceral e inmediato de la imagen de Monroe, hasta ahora un fenómeno cinematográfico que se había resistido a la mirada más atenta de la literatura", escribió Laura Miller en el suplemento literario del periódico neoyorquino. "Oates ve a Marilyn como una actriz con fuerza e instinto, estropeada y torturada por un mundo de hombres que deseaban y al mismo tiempo despreciaban su cuerpo". Publishers Weekly aseguró que la obra era "tan impresionante como su protagonista". Pero no todo fue una lluvia de halagos. John Rechy, de Los Angeles Times, usó las pabras "degradante" y "rara" para calificar la novela, reprochando sobre todo a la autora los excesivos detalles sobre la vida sexual de Marilyn y sus costumbres personales. Oates se ha defendido asegurando que no se trata de una biografía de Marilyn sino de una obra de ficción. "He intentado hacer entender al lector lo que debía ser estar en la piel de esta persona". Oates, profesora de la Universidad de Princeton, goza de bastante prestigio en Estados Unidos, aunque para algunos esta aproximación literaria a la actriz rubia no es de recibo. La escritora basó su novela Aguas negras en el accidente que sufrió Edward Kennedy en Chappaquiddick en el que murió su secretaria, Mary Jo Kopechne. Oates ha publicado en España, entre otras novelas, Puro fuego y Gente adinerada.
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