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Partidarios de los zapatistas y del PRI se enfrentan violentamente en Chiapas por la ocupación de tierras

Apenas caído el telón de las elecciones de Chiapas del pasado domingo, que ganó el opositor centroizquierdista Pablo Salazar, y cuando se fortalecían las apuestas a favor de la paz, ha vuelto la violencia: un choque entre simpatizantes de la guerrilla zapatista y seguidores del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI). Hay versiones contradictorias sobre el balance de víctimas en los enfrentamientos.En el pequeño y pobre poblado de Peña Limonar (en el conflictivo municipio de Ocosingo, donde el Ejército Zapatista de Liberación Nacional tiene sus principales bases de apoyo), indígenas tzeltales se enfrentaron ayer con piedras y palos por la posesión de un terreno. El procurador de Justicia de Chiapas, Eduardo Montoya, dijo ayer que el choque dejó cuatro heridos. Sin embargo, la Fiscalía sostuvo la noche anterior que hubo cuatro muertos y 37 heridos.

Ayer, la Secretaría de Gobierno de Chiapas recibió un informe del comisario ejidal (comunal) Mateo Aguilar Moreno según el cual la noche del martes unos veinte simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que se habían apoderado ilegalmente de seis hectáreas de tierra para sembrar, se enfrentaron a un grupo priísta tras retener al presidente de la Organización del Pueblo Indígena y Campesino (afiliada al PRI). "Al verse en peligro de perder la contienda, los zapatistas fueron a Lacandón y llamaron refuerzos. [La pelea tuvo] como resultado tres lesionados leves, por golpes de palos y piedras, y una cuarta persona salió con raspones", dice el informe.

En el caserío hay un dispositivo policial de unos 500 hombres para prevenir brotes de violencia, mientras que en Ocosingo y San Cristóbal de las Casas, la Iglesia católica y los organismos de defensa de los derechos humanos afirman que no tienen información propia sobre el enfrentamiento y su saldo, toda vez que Peña Limonar es una comunidad muy alejada, selva adentro. Por otra parte, en el municipio de Zinacantán, indígenas tzotziles católicos incendiaron ayer la casa de una familia evangélica (protestante, como el gobernador electo). No hubo heridos.

El PRI, al asumir la derrota en la elecciones, aseguró que "puede haber grupos de priístas que no quieren saber del cambio. Quizá poco a poco entiendan que su partido perdió el poder".

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