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La policía afirma que el guineano murió en comisaría tras golpearse al intentar huir

Las contradicciones que rodean la muerte del guineano Antonio Fonseca, fallecido el pasado 20 de mayo en la comisaría de Arrecife (Lanzarote), han llevado al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, Miguel Pallarés, a reclamar al juez diligencias complementarias para verificar la segunda autopsia. Ésta, realizada por el doctor José Antonio García Andrade, determinó que la causa de la muerte fue un golpe en el cuello y no una sobredosis de droga como decía el primer examen forense. La policía informó ayer de que Fonseca "se golpeó" con el espejo retrovisor de un vehículo al intentar huir.

Golpe en el cuello

La nota difundida ayer por la policía señala que Antonio Fonseca falleció por "un edema pulmonar" y no hace ninguna mención a una muerte por sobredosis. El primer informe policial relativo a este caso, difundido el 21 de mayo, al día siguiente de la muerte del ciudadano guineano de 32 años, hablaba de parada cardiorrespiratoria.Fue el delegado del Gobierno en Canarias, Francisco Cabrera, quien informó a los medios de comunicación, ese mismo día y después de leer el primer estudio forense, de que el fallecimiento se había producido como consecuencia de la ingestión de estupefacientes, informa Víctor Rosales. "Todo parece apuntar a que las tesis de la policía de que murió por ingestión de drogas son correctas", dijo entonces. "No recuerdo ninguna versión difundida por esta delegación que haya sostenido que el fallecimiento se produjo como consecuencia de una ingestión de sustancias tóxicas", aseguraba ayer, después de que el martes se conociesen los resultados de los análisis toxicológicos que negaban que existiesen restos de drogas en el cuerpo de Fonseca y que avalaban así la tesis de la segunda autopsia en la que se achacaba la muerte a un golpe seco en el cuello.

"Campaña irresponsable"

También ayer se supo que no fueron facultativos de Cruz Roja quienes realizaron la primera necropsia sino un forense adscrito al juzgado que instruye el caso.

El doctor García Andrade, responsable de la segunda autopsia, afirma que la primera, ordenada por el juez que estaba de guardia el 20 de mayo, "no le daba gran importancia a los traumatismos y no los describía todos, pero sí apuntaba como posible causa de la muerte la ingestión de estupefacientes". Además, rebatiendo la nota policial de ayer, el catedrático García Andrade añadió: "Decir que alguien ha muerto por un edema pulmonar es como no decir nada, ya que una parada cardiorrespiratoria siempre provoca un encharcamiento de los pulmones." E insistía: "Lo que hay que preguntarse es cuál fue la causa de esa parada cardiorrespiratoria y de ese edema pulmonar".La versión de este médico forense es clara y queda detalladamente reflejada en su informe: Antonio Fonseca sufrió una "muerte refleja" al ser golpeado con un objeto romo en el cuello cuando padecía una fuerte situación de estrés. La rotundidad de esta afirmación y las fotos tomadas por la hermana de Fonseca en las que se aprecian a primera vista los hematomas en la cara y los brazos del fallecido, contrastan con la versión policial basada en las observaciones del forense de Lanzarote, que indicaba que "no se aprecian signos externos que pudiesen señalar la causa de la muerte".

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Pero las contradicciones no terminan ahí. La policía sostiene que Fonseca huyó cuando le dijeron que estaba detenido, tras haber arrojado en un portal tres bolsas de plástico con 2,6 gramos de heroína, fue perseguido por varias calles, se golpeó con un retrovisor, perdió el reloj y finalmente cayó al suelo.

En cambio, la hermana del fallecido, Amalia Fonseca, describe con pelos y señales cómo detuvieron a su hermano en la misma puerta de su casa, cómo escuchó sus gritos y salió al portal, y cómo vió que metían a la fuerza a su hermano en el maletero del coche patrulla. La versión policial niega asimismo este extremo y asegura que fue introducido en los asientos traseros del vehículo policial.

Por otro lado, la abogada de la familia asegura, frente a las acusaciones policiales, que Fonseca no tenía antecedentes por tráfico de drogas, mientras que la nota policial de ayer señala que en octubre de 1999 Fonseca fue detenido en Bilbao y que en su vivienda se encontraron "25 gramos de cocaína y 175 gramos de otra sustancia", aunque no concreta cuál.

La incongruencia de ambas versiones ha llevado al fiscal jefe de Canarias a asumir el caso y solicitar al juez diligencias complementarias para esclarecer los hechos y verificar los resultados de la segunda autopsia.

A la espera de dicho esclarecimiento y con una querella presentada por la abogada de la acusación particular contra los policías que detuvieron a Fonseca, a los que denuncia por asesinato con abuso de autoridad y alevosía, el delegado del Gobierno en Canarias, Francisco Cabrera, declaró ayer a Europa Press que la Jefatura Superior de Policía de Canarias no va a adoptar de momento medidas sobre los funcionarios que arrestaron y custodiaron a Fonseca. Cabrera insistió en que el caso está en manos de las autoridades judiciales "que son las encargadas de esclarecer los hechos y determinar el procedimiento".

Por su parte, el Gobierno canario exigió ayer que el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, realice una investigación sobre la muerte del ciudadano guineano. "Mayor Oreja debe dar la cara e investigar a fondo el caso, no dejarlo como un incidente", exigió el consejero de Asuntos Sociales del Ejecutivo canario, Marcial Morales.

Campaña de Amnistía Internacional

Amnistía Internacional exigió hace varias semanas al Gobierno que aclarara la muerte del guineano fallecido en la comisaría de Arrecife de Lanzarote, Antonio Fonseca, tras conocer el informe de la segunda autopsia, fechada el 24 de julio, que confirma que murió como consecuencia de un golpe, y no por ingestión de drogas.Esta organización se dirigió a principios de mes al Ministerio del Interior y a la Jefatura Superior de Policía de Canarias para que aclarase el caso e iniciase "una investigación exhaustiva de las circunstancias que llevaron a la muerte" del ciudadano guineano.

La campaña internacional emprendida por la organización humanitaria, que investiga la muerte de Fonseca desde que ésta tuvo lugar el 20 de mayo pasado, considera que, "de acuerdo a los informes médicos", hubo torturas y malos tratos, manifestó a Efe el director en España de la organización humanitaria, Esteban Beltrán.

Amnistía Internacional comenzó esta campaña el 10 de agosto para instar al Ministerio del Interior a que investigue de manera "rápida, imparcial y exhaustiva" la muerte de Fonseca e informe de qué medidas ha tomado en relación a los policías implicados.

Beltrán indicó que, hasta el momento, "el Gobierno no ha tomado ninguna medida, ni administrativa ni criminal, sobre los agentes acusados" de la muerte de Fonseca. AI decidió interesarse por el caso tras las "graves alegaciones de malos tratos de Antonio Fonseca" que "aparentemente, según la segunda autopsia, ocasionaron su muerte". "La muerte de Fonseca causó inquietud entre la comunidad de inmigrantes y un representante gubernamental llamó a la calma, afirmando que la muerte en ningún caso estaba relacionada con actitudes racistas contra los inmigrantes", finaliza la nota de prensa en inglés del Secretariado Internacional de AI sobre el caso.

La abogada de la familia, Amparo Banqueri, ha interpuesto una querella y exige 100 millones de pesetas de indemnización.

La oposición exige que Mayor dé explicaciones en el Congreso

El sindicato UGT también acusó al Ejecutivo de haber hecho una "irresponsable campaña" contra la vigente Ley de Extranjería que ha creado un clima "antiinmigrantes" y anunció que se personará en el proceso judicial como acusación popular. El Colectivo Independiente de Inmigrantes de Lanzarote, que convocó una manifestación tras el fallecimiento del ciudadano guineano para exigir que se esclarecieran las circunstancias de su muerte, expresó su confianza en la justicia para aclarar los hechos.

También la Asociación Pro Derechos Humanos, Movimiento contra la Intolerancia y la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIME) exigieron una investigación exhaustiva. Si bien su presidente Kamal Rahmouni, aseguró que ATIME ha tenido conocimiento de sucesos similares, pidió que no se tache al conjunto de las fuerzas de seguridad de actitudes racistas.

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