Triunfaron los toros
Puede que el toreo sea uno, pero son diversas las formas de entenderlo y de interpretarlo. De lo mejor a lo peor, pero, para estar entre lo mejor es condición la autenticidad. José Tomás y El Juli, cada uno a su modo, son auténticos como sus triunfos; el resto, que lo hubo, fue triunfalismo.José Tomás anda rumiando una mejor dimensión de la verónica, más amplia, más larga, más lenta. Sólo dio una, pues todavía no llega a conjugar el compás que es espacio y tiempo más ritmo. Con la muleta es una sorpresa constante: corría el toro por toda la plaza, sin fijeza, cuando lo hizo crujir por bajo camino del platillo. El animal siguió en plan andarín, pero José Tomás se paró con la derecha y paró el toro y el mundo; no obstante, la res seguía andando al hacerle frente por el pitón izquierdo, y José Tomás lo fue parando hasta dejarlo como un perrillo. En un momento, le marcó perfectamente el camino en un molinete espléndido, abrió una serie con el pase de las flores y compuso cinco redondos importantes. Siguió arqueando el cuerpo y el viaje del toro en contra de éste, y acabó enjaretando unas manoletinas que torearon al autobús de línea para matar de una gran estocada.
Zalduendo / Caballero, Tomás, Juli
Toros de Zalduendo, bien presentados, mejores 1º, 4º y 6º, el 5º; sobrero, manso.Manuel Caballero: pinchazo y estocada (ovación y saludos); estocada trasera caída (oreja). José Tomás: gran estocada (dos orejas); pinchazo y estocada honda tendida (ovación y saludos). El Juli: estocada caída (oreja); buena estocada (dos orejas). Plaza de Almería, 22 de agosto. 3ª de abono. Lleno a reventar.
El Juli se reposó con el capote a la verónica y galleando; en el quite, logró unas lopecinas espectaculares adaptando el vuelo del capote a la embestida del toro. Banderilleó de dentro afuera con facilidad y bajó en el manejo de la muleta. En el sexto armó el tinglado. Hubo valor para dar y repartir en la labor con la capa, de la que destacó un quite por gaoneras. Aguantó mucho en el segundo par y aderezó la suerte con recortes y juegos que levantaron al público. Estuvo mejor con la derecha, más largo esta vez, y no hay duda de que anda mejor que para. Lo hizo todo con gran inteligencia y mejor conocimiento, lo que le valió para aguantarle el tirón al torero de Galapagar. Auténtico.
Manuel Caballero consiguió en su primero tres series de naturales muy apreciables, quedándose en el sitio y ligando, lo que puede ser noticia, pero que también fue realidad ayer en Almería. Entró a matar un pasito desde fuera, el toro lo pisó y le hizo pasar un mal rato. En el cuarto se dobló bien por bajo; luego, estuvo irregular, combinando momentos brillantes con otros apagados, ante un toro noble, algo escaso de fuerzas, que merecía más de tres buenos pases por cada lado.
La salida a hombros del ganadero sobró.
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