Del 'Ictíneo' al 'Kursk'

Narciso Monturiol, inventor del submarino, cuya primera prueba de su rudimentario descubrimiento, que se llamó Ictíneo, se realizó en el puerto de Barcelona en 1859, simbólicamente decimos que ha muerto por la tragedia que estamos viviendo estos días con el submarino nuclear ruso Kursk. Del Ictíneo al Kursk, el invento de Monturiol ha recorrido el mundo submarino de todo el planeta.Los golpes huecos que en morse se han registrado del Kursk han sido como sus últimos mensajes, sus estertores; si pudiéramos descifrar toda la tragedia que encierran estos golpes cada vez más débiles de unos hombres atrapados por la muerte agónica, bajo el océano en su ataúd de acero y titanio, condenaríamos las guerras.

La tragedia del Kursk nos hace pensar sobre las limitaciones del fastuoso hombre de hoy, que pisa la Luna y clona órganos humanos, pero, sin embargo, no puede rescatar un submarino a 100 metros de profundidad. Y también nos hace meditar que lo que vale un submarino nuclear, cuya misión es mantener la guerra fría, podría solucionar el hambre de un país como Etiopía.

¡La bandera a media asta de todas las embarcaciones que surcan los mares por los marinos del Kursk y por la paz universal!-