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El metro de Barcelona abrirá hasta medianoche dentro de dos años

Miquel Noguer

El metro de Barcelona, junto a los de Marsella y Bilbao, es uno de los que cierra más temprano de toda Europa. Los días laborables el servicio termina a las 23.00 horas, mientras que en la mayoría de ciudades europeas dura hasta primeras horas de la madrugada. Pero la situación va a cambiar. Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) ha puesto en marcha un plan de mejora de infraestructuras evaluado en 2.250 millones de pesetas con el objetivo de que el metro amplíe su horario nocturno hasta medianoche antes de dos años.Prolongar el servicio acarrea muchos problemas, tanto para los trabajadores como para los gestores de la compañía. Jordi Rodríguez, miembro del comité de empresa del metro, de UGT, asegura: "La voluntad es que el metro pueda abrir 24 horas al día". El problema, en su opinión, es que la empresa no puede hacer frente al incremento de plantilla y de medios materiales que se necesitaría para ampliar el horario.

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Y aquí empiezan los escollos. La empresa prevé abrir hasta medianoche de lunes a jueves en el año 2002. La inversión prevista por la TMB, cifrada en 2.250 millones de pesetas, sólo servirá para mejorar las infraestructuras y reducir el tiempo necesario para el mantenimiento y la limpieza de convoyes, vías y catenarias.Pero faltará personal. O por lo menos así lo aseguran los trabajadores. Los sindicatos están a la espera de que la empresa plantee "en serio", dicen, cuáles son sus planes para los horarios de apertura. Jordi Rodríguez explica: "Una vez lo haga comenzaremos las negociaciones para un posible incremento de plantilla o una mejora de las condiciones laborales". Un portavoz del Ayuntamiento ha admitido que por parte de las autoridades "aún no existe ninguna propuesta firme".

La voluntad del consistorio es ampliar el servicio hasta la una de la madrugada en el año 2004. El coste de la operación, calculado en 14.000 millones de pesetas, es el principal obstáculo. Esta cantidad debería incluirse, según TMB, en el convenio de infraestructuras para el próximo periodo 2001-2004 que tienen que pactar la Generalitat y el Gobierno central.

Los fines de semana, en Barcelona, el metro funciona ahora hasta las dos de la madrugada. En cambio, los días laborables el servicio finaliza tres horas antes, lo cual obliga a muchos barceloneses con horarios nocturnos de trabajo, que salen a cenar o acuden a espectáculos, a usar obligatoriamente otros transportes públicos, como el taxi o el autobús nocturno. La mayoría, en cambio, opta por su vehículo privado, una alternativa, como el taxi, mucho más cara.

El sector de la hostelería y la restauración es uno de los más afectados por el temprano cierre del metro por la pérdida de clientes y problemas para los empleados que le supone. Así lo asegura el responsable de recursos humanos del Gremio de Hostelería de Barcelona, Matthew Brassier: "Por la noche siempre nos falta mano de obra, ya que mucha gente no quiere venir a trabajar si no se le garantiza el transporte público". En Barcelona, trabajan en el sector de la hostelería unas 20.000 personas, y muchas de ellas lo hacen en horario de noche y madrugada. "La lista de gente que quiere trabajar por la mañana es muy larga, pero en el turno de noche no hay casi nadie en espera" abunda Brassier.

El horario de cierre del metro de Barcelona contrasta con el cambio de hábitos de los ciudadano en estos últimos años. Así, los cines inician su última sesión entre las 22.30 y las 23.00 horas; los teatros empiezan sus funciones en torno a las 21.00 horas y los restaurantes no suelen servir cenas antes de las 21.30.

Esto sorprende si se compara con las costumbres de muchas ciudades del norte de Europa, cuyo metro finaliza todos los días, incluidos los festivos y las vísperas de éstos, entre las doce de la noche y la 1.30. En Londres, donde la mayoría de los espectáculos empieza sobre las seis de la tarde, hay servicio de metro hasta las doce de la noche. Algo parecido sucede en Viena, ciudad en la que el metro funciona hasta las 0.30 horas a pesar de que la oferta cultural y de ocio nocturno se concentra al anochecer.

Marsella es la gran excepción europea, aparte de Barcelona. El metro de la ciudad del sur de Francia cierra a las 21.00 horas, y no por falta de usuarios, sino por la incapacidad de las autoridades municipales de garantizarles la seguridad. A pesar de las constantes reivindicaciones de los marselleses para ampliar el servicio de metro, el consistorio hace oídos sordos y sólo permite que el metro funcione por la noche cuando se celebran grandes eventos deportivos. En estos últimos casos, y para evitar actos vandálicos en las taquillas, el metro es gratuito.

Hace tan sólo dos años, en 1998, TMB decidió prolongar el horario del metro hasta las dos de la madrugada los viernes y los sábados. El éxito de esta iniciativa permitió que el pasado 31 de diciembre el servicio funcionara ininterrumpidamente durante toda la noche. El resultado fue calificado de muy positivo por la empresa y los usuarios ya que 230.000 personas utilizaron este transporte para sus desplazamientos en la Nochevieja. La experiencia se repitió durante la pasada verbena de Sant Joan. Más de 150.000 personas pasaron por taquilla. Para las próximas fiestas de la Mercè, el Ayuntamiento prevé prolongar el servicio algunas noches, coincidiendo con los espectáculos y conciertos más concurridos. En septiembre, los sindicatos y la empresa prevén iniciar las negociaciones para que el metro abra en otras festividades o fechas señaladas.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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