El 'correaigua' alivia el calor en Manresa

Miles de personas combaten el calor e inician con un remojón las fiestas de la capital del Bages

Millares de jóvenes, algunos tan preadultos que iban acompañados de sus progenitores, acudieron ayer al remojón general de Manresa: el correaigua, que rebaja la temperatura del caluroso agosto de la Cataluña central y que es desde 1989 el inicio obligado de la fiesta mayor de la capital del Bages. De este modo, con el agua empieza la fiesta y con el fuego del correfoc (que se celebra en la noche del lunes 28 de agosto) se cierra el programa.El correaigua del año 2000 duró aproximadamente una hora y media, en ininterrumpida cascada líquida.

Para reducir el impacto agotador de los 34 grados de temperatura que registraban ayer los termómetros más benévolos, a los que había que sumar el efecto de una humedad del 29% que ayer se vivía en el centro de Manresa, los participantes en el correaigua se someten a una batalla contra el agua en la que la derrota de salir del combate chorreando es la mejor victoria. Es una lucha contra el agua, contra la harina (250 kilos), contra los recipientes de barro (cinco toneladas de tierra y agua), las piscinas de colores y olores (se usan 25 kilogramos de colorantes y productos olorosos para buscar nuevas sensaciones en un remojón final) y contra otros líquidos que puedan llegar desde la organización o desde algunos balcones de los pisos del casco viejo de Manresa, ya que los vecinos, que tienen carta blanca desde la organización, se suman al festival tirando cubos de agua a la húmeda manifestación y pegajoso confeti.

Pasado el temporal, unos cambian rápidamente de ropa a los niños para evitar un inoportuno catarro y los más creciditos toman el sol en alguna de las calles cercanas a la plaza de Puigmercadal, que es punto final del recorrido. Este año, a la fiesta del agua le siguió una cena de pescado popular: 4.000 sardinas asadas para unas 1.000 personas.