Ni jaula de grillos ni bisagra

Tocada profundamente por los últimos batacazos electorales, Izquierda Unida afronta la 13ª asamblea regional con la creencia unánime de que su resultado será clave para el futuro. Para hundirse del todo o reflotar. Hasta ahí el acuerdo. El cómo hacerlo y, sobre todo, quiénes pilotarán la renovación ya son otro cantar. A dos meses de la elección de los nuevos órganos de dirección, que significarán la retirada a la retaguardia de pesos pesados como Felipe Alcaraz o Antonio Romero, se han conformado dos sectores diferenciados, cuya integración en una candidatura común parece, a día de hoy, harto difícil.El actual equipo de dirección abrió en abril un proceso de debate entre las bases -se han celebrado 200 asambleas- para preparar el documento político que se llevará a la asamblea. Resuelta la parte teórica, está pendiente poner rostro a las personas que capitanearían el cambio. Willy Meyer, secretario de organización, y, sobre todo, Diego Valderas, ex parlamentario y ex coordinador provincial de Huelva, se perfilan como las opciones más serias que podrían suceder a Romero con el beneplácito oficial.

Frente a ellos, se ha conformado una plataforma crítica, que aglutina a cargos públicos como la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, y la parlamentaria Concha Caballero, y antiguos dirigentes como los ex coordinadores provinciales de Granada y Almería, Paco Ríos y José Román, respectivamente. Han fijado su posición a través de un manifiesto, que pide la refundación de la coalición, y preparan un proyecto político que presentarán en la 13ª asamblea. Cuentan con el apoyo de la CUT, el partido del alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, y varios alcaldes de las provincias de Sevilla y Córdoba.

La coordinadora provincial de IU en Sevilla, Concha Caballero, despunta como la dirigente que cuenta con más probabilidades de encabezar la candidatura de este sector, a pesar de los llamamientos a la unidad que realizan los actuales dirigentes de la coalición. "Las bases no quieren que IU sea una jaula de grillos y si el documento político se ha aprobado casi por unanimidad, lo lógico es que hubiera una candidatura única que integrase a todas las corrientes", sostiene el secretario general del PCA, Felipe Alcaraz.

Después de recalcar que confía en que se materialice "la convergencia unitaria", insiste en que las candidaturas "alternativas" son posibles "cuando hay documentos políticos alternativos y no hubo ninguno en el consejo político". La renovación, uno de los objetivos de la 13ª asamblea, para Alcaraz, "no debe ser un arma arrojadiza, y a veces te tira el concepto a la cabeza alguien que lleva 20 años". Por vez primera, el PCA no se decantará previamente en público por ningún candidato en caso de que haya más de uno en liza.

La unidad, matiza Concha Caballero, "hay que construirla, no se puede imponer". La parlamentaria dice que su plataforma propone una coalición con más autonomía, más cercana a la sociedad y más independiente: "No ser la bisagra de nadie, y volver al 20% de los votos". Caballero concluye: "En nuestro proyecto cabe todo el mundo, pero en el que otros quieren hacer no cabe nadie". Para Valderas, algunas declaraciones responden a los clásicos "dimes y diretes" previos a las asambleas. Los retos que debe resolver IU, dice, tienen que hacerse desde "la mayor unidad, sin exclusiones ni divisiones".