Torrevieja supera el techo del medio millón de turistas pero sólo tiene servicios para 250.000
El suelo urbanizable de Torrevieja (La Vega Baja) se agota, pero el cielo es tan infinito como el afán por recalificar terrenos para edificar en una ciudad que ha registrado este agosto su techo histórico de ocupación: medio millón de turistas (560.000 según el alcalde). Sus infraestructuras y servicios, sin embargo, sólo soportan, como mucho, un cuarto de millón de visitantes. Consecuencia: atasco generalizado. Si no se puede construir a lo ancho se edifica a lo alto. Si no caben los turistas en las playas, se crean plazas de baño artificiales. Aquí no se hace ascos a nada. Ni a nadie.
Las grandes cifras de la localidad asustan: casi 100.000 viviendas, más de 6.500 licencias de obra al año, 3.000 millones en ingresos por el Impuesto sobre Bienes Inmuebles, 500.000 veraneantes. Ninguna ciudad española ha crecido cuantitativamente tanto como Torrevieja en los últimos años -el censo pasó de 16.000 personas en 1988 a 56.300 este año-. Cada mes se registran más de 800 empadronamientos. Sin embargo, las infraestructuras básicas de la ciudad, diseñadas para acoger como mucho a unas 250.000 personas, se ven incapaces de absorber tal avalancha de veraneantes.El nombre de Torrevieja comenzó a sonar a nivel nacional en los años setenta, de la boca del presentador Kico Ledgard, cuando el legendario concurso Un, dos, tres regalaba apartamentos en la localidad de la Vega Baja. Hoy, Torrevieja sigue sonando a diario en todos los boletines informativos, como punto negro del tráfico nacional y como muestra de turismo de masas.
Consciente del escaso suelo que resta en la urbe para edificar, el Gobierno municipal, con aplastante mayoría del PP, propuso una modificación del planeamiento urbanístico que bajo el título de "libertad tipológica" pretendía autorizar bloques de hasta 28 alturas. El argumento del PP para introducir en el municipio las construcciones verticales no es otro que la "adaptabilidad a las demandas que proporciona el mercado". Sin embargo, la Consejería de Obras Públicas y Urbanismo le ha parado los pies y le ha recriminado por no respetar el "equilibrio urbanístico" y por "saturar los recursos".
La Administración autonómica, además, ha criticado la gran cantidad de modificaciones puntuales del planeamiento que promueve el equipo de gobierno y le ha instado a que redacte un nuevo Plan General de Ordenación Urbana "adaptado a las necesidades del municipio y a la nueva legislación urbanística valenciana".
El alcalde de la localidad, Pedro Ángel Hernández Mateo, declaró ayer que el Ayuntamiento está modificando su propuesta inicial de libertad tipológica, con el objetivo de crear "siete u ocho puntos concretos" basados en el sistema torre. El histórico modelo residencial de casas bajas de Torrevieja es compatible, según el regidor, con las torres de viviendas.
¿Hasta dónde permitirá el Ayuntamiento nuevas construcciones? Hernández Mateo lo tiene claro: "Habrá un receso lógico dentro de unos años por la economía y una consolidación de lo que hay para crear la gran ciudad que estamos desarrollando; hasta el 2025 Torrevieja crecerá sosteniblemente y de forma controlada".
El alcalde asume la saturación humana -los atascos se sufren en las calles y en las playas, donde los veraneantes tienen que madrugar para colocar el parasol y la toalla-, pero presume de servicios municipales, sobre todos los destinados a las clases menos favorecidas: becas con estímulos y premios fin de carrera a los estudiantes censados, ayudas de medio millón de pesetas a los nuevos matrimonios, exención de las tasas de basura y recibo del agua y paga extra de 30.000 pesetas por Navidad para los pensionistas de escasos recursos, transporte gratuito para los habitantes empadronados y rehabilitación por cuenta municipal de todas las personas con problemas de drogodependencias.
La oposición municipal asegura que el PP no tiene intención de "parar" las edificaciones. El portavoz del grupo socialista, Joaquín Cos, sostiene que el gobierno local practica un urbanismo a la carta del promotor. "Ni siquiera tienen un modelo", resaltó. El edil aún cree que, a pesar del caos urbanístico, Torrevieja "tiene arreglo a medio plazo". Pero, para ello, hace falta un amplio consenso "que no se agote en dos ni en tres mandatos" y, sobre todo, "poner coto a las edificaciones". Los ecologistas, por su parte, ya plantean abiertamente el crecimiento urbanístico "cero". "Es una barbaridad que Torrevieja soporte a medio millón de personas sin infraestructuras suficientes y siga recalificando suelo", dijo Miguel Ángel Pavón, de la Asociación de Amigos de los Humedales.
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