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VERANO 2000

Nada que ver con la 'tele'

VIGILANTE DE PLAYA - J. R. Romero

OFICIOS VERANIEGOS

EE UU, 1986 (105 m.). Director: Peter Hyams. Intérpretes: Gregory Hines, Billy Cristal, Steven Bauer.

Aunque en los últimos años su equipamiento se ha reforzado con algunos elementos vistosos, el trabajo de los socorristas de la playa de Cádiz tiene muy poco que ver con las peripecias televisivas de Los vigilantes de la playa. Así lo ve al menos José Ramón Romero Jarana, un joven de 22 años que cada temporada se presta como voluntario de la Cruz Roja. "No me identifico nada con Mitch", asegura, aludiendo al protagonista de la popular serie. "Y además mis compañeras son mejores y más de verdad que Pamela Anderson".Titulado como patrón de embarcaciones, José Ramón ejerce las tareas propias de su puesto desde hace dos veranos. Tras pasar los cursillos necesarios, se incorporó a los puestos de ayuda de la playa Victoria. Allí acude casi a diario de 11.00 a 21.00. Ninguno de sus compañeros percibe remuneración por ello, si bien obtienen dietas simbólicas. "La Cruz Roja es una ONG. Quienes estamos aquí lo hacemos para vivir una experiencia, pero también por solidaridad, para aportar algo a la sociedad", explica.

Ello no impide que el trabajo de socorrista entrañe una enorme responsabilidad. Todos los voluntarios deben estar tan preparados para entablillar un brazo como para realizar una reanimación cardiopulmonar. Eso aunque, como comenta José Ramón, la de Cádiz sea una playa "muy tranquila". Hasta la fecha no ha tenido que intervenir en ningún asunto grave. "A lo sumo, cortes, mareo, lipotimias, insolaciones o alguna fractura. La gente es muy bestia", confiesa.

Al gaditano también le gustaría que los bañistas colaboraran con el trabajo de los vigilantes. No sólo tomando precauciones, sino mostrando también cierto grado de solidaridad con la causa. "Deberían pensar que nos pegamos 12 horas diarias de playa para ellos mismos. Aunque podemos cometer fallos, nos mojamos".

Al concluir el verano, José Ramón sigue ejerciendo de voluntario, ya sea en la prevención de incidentes en grandes conciertos o reparando material en una nave del muelle. De forma paralela, estudia Administración y Finanzas, por lo que no descarta abandonar algún día los puestos de vigilancias, los prismáticos y las lanchas para trabajar en un banco. "Nada me gustaría tanto como ser mi propio jefe", afirma. Tal vez sea el encargado de romper con la fama insolidaria del mercado bursátil.

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