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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Precisiones

La Oficina de Información Diplomática desea hacer las siguientes precisiones en relación con los dos artículos publicados por EL PAÍS en sus ediciones del domingo día 13 y el lunes día 14 de agosto de 2000, sobre la supuesta falta de atención prestada por el Consulado General de España en Miami al ciudadano español don Joaquín José Martínez.Don Joaquín José Martínez fue detenido en enero de 1996 y acusado de un doble asesinato, del cual él siempre se proclamó inocente. El propio señor Martínez dio al Consulado General de España en Miami la primera noticia sobre su caso mediante una carta de su puño y letra, recibida en el Consulado el 13 de junio de 1996, en la cual éste informaba sobre su caso, proclamaba su inocencia y pedía al Consulado que hiciera lo posible por lograr que se iniciara su juicio cuanto antes. El Consulado respondió inmediatamente a dicha carta y el señor Martínez volvió a escribir al Consulado el día 13 del mismo mes de junio, agradeciendo expresamente la respuesta dada a su carta anterior. Tan pronto como el Consulado General de España supo de este caso instruyó al vicecónsul honorario de España en Tampa, don Emiliano Salcines, persona de reconocido prestigio y bien conocido por las autoridades judiciales de Florida por haber sido fiscal jefe de la Fiscalía de Tampa, para que tomara cartas en el asunto. El señor Salcines se puso inmediatamente en contacto con el juez competente, el cual le informó de que, de acuerdo con las leyes de Florida, podía transcurrir hasta un mínimo de seis meses entre la acusación de una persona y el inicio del juicio.

En la medida en la que el Gran Jurado del Condado de Hillsbobough se había manifestado favorable a la inculpación de don Joaquín José Martínez, el 14 de febrero de 1996, el juez indicó al señor Salcines que no había ningún retraso anormal en el caso pues estaba dentro de los plazos fijados por la ley.

Después de ver al juez, dicho vicecónsul honorario se entrevistó personalmente con el señor Thomas Fox, abogado contratado por los padres de don Joaquín José Martínez, el cual le informó de la situación procesal del reo, así como de los elementos que él consideraba favorables para una resolución del caso, tales como la falta de pruebas directas inculpatorias y el firme rechazo de Joaquín José a aceptar cualquier solución que no pasara por el reconocimiento explícito de su inocencia. El vicecónsul honorario también comunicó al Consulado General que el señor Fox era un abogado profesionalmente competente y que el caso estaba en buenas manos.

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Durante los meses que siguieron y hasta diciembre de ese año, fecha en la que el cónsul general, don Carlos Abella, cesó en ese destino por haber sido designado embajador ante la Santa Sede, el Consulado General siguió de cerca el asunto de Joaquín José Martínez, cuyos padres fueron allí recibidos varias veces, estándose en contacto constantemente con el vicecónsul honorario en Tampa y trasladando en cada oportunidad la información recibida -tranquilizadora durante aquellos meses- a los padres del señor Martínez.

Por tanto, puede afirmarse que el Consulado General de España en Miami, durante el periodo de junio a diciembre de 1996, es

tuvo informado del caso de Joaquín José Martínez y se puso en contacto por escrito con él y además siguió atentamente el caso mediante la intervención personal y directa del vicecónsul honorario en Tampa, el cual estuvo en todo momento informado y trasladó dicha información al Consulado General en Miami, siempre confiando en que el buen hacer del abogado defensor del señor Martínez y la falta de pruebas determinantes permitirían una conclusión favorable del caso.

Desgraciadamente, estas previsiones esperanzadoras, razonablemente fundadas en derecho, no se correspondieron con la realidad y en abril de 1997, cuatro meses después del cese de don Carlos Abella como cónsul general en Miami, el jurado del proceso encontró culpable a Joaquín José Martínez de dos asesinatos en primer grado y propuso al juez cadena perpetua por uno de los cargos y, por una mayoría de nueve a tres, pena de muerte por el otro.

Fue a partir de esa sentencia cuando se redoblaron los esfuerzos, correspondiendo al Consulado General en Miami enfrentar la parte más crítica del proceso mientras, simultáneamente, se pusieron en marcha todos los mecanismos de solidaridad y de presión que desembocaron felizmente en la anulación de la sentencia y en la fijación de un nuevo juicio.-

Director general de la Oficina de Información Diplomática. Madrid.

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