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El Sinn Fein negocia con Londres el regreso de los prófugos del IRA

Con la mayoría de los presos del Ejército Republicano Irlandés (IRA) en la calle, su rama política, el Sinn Fein, centra la campaña de acción en el conjunto de activistas republicanos que han escapado a la justicia británica e irlandesa. El presidente de la formación, Gerry Adams, elevó la cuestión de los prófugos en su último encuentro con Tony Blair celebrado en Londres el pasado 2 de agosto, según confirmó ayer la oficina del primer ministro del Reino Unido.

Paralelamente, Adams encamina al movimiento republicano a ocupar una posición de fuerza en las próximas elecciones al Parlamento irlandés. El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, busca garantías de Londres y Dublín que permitan el regreso a la isla de Irlanda de todos los prófugos del IRA. Entre ellos se encuentran activistas republicanos, como Neesan Quinlivan, que escapó de la cárcel de Brixton, en el sur de Londres, en 1981. O como Dermot McNally, prófugo del penal norirlandés de Maze, cuya población de reclusos ha quedado reducida a un puñado de disidentes lealistas y republicanos. Sus antiguos compañeros de prisión, hasta un total aproximado de medio millar, recuperaron la libertad durante los últimos dos años acogidos a las medidas de gracia incluidas en el Acuerdo de Viernes Santo de 1998.

Este documento marco del proceso de paz no hace referencia al número indeterminado de prófugos republicanos y lealistas, y centra el programa de remisión de penas en los presos convictos de delitos terroristas cuyas organizaciones mantienen la tregua. El Gobierno de Blair ha aceptado este apartado del acuerdo, y el pasado 28 de julio excarceló "bajo licencia" a todos los reclusos que se ajustaban a los requisitos de la medida de gracia. Dublín, por el contrario, mantiene en prisión a cuatro presos del IRA, convictos de la muerte, en 1986, del policía Jerry McCabe.

El Sinn Fein hace campaña por su liberación e intenta, paralelamente, extender los frutos del proceso de paz a la comunidad de prófugos del IRA. La cuestión salió a relucir en un encuentro que Adams mantuvo el pasado 2 de agosto con Blair en Downing Street. "Fue una conversación privada que formó parte de la serie de encuentros rutinarios que el primer ministro mantuvo con los principales líderes norirlandeses antes de partir de vacaciones", confirmó ayer un portavoz de Downing Street.

Adams defiende la "amnistía" para los prófugos que, de estar en la cárcel, se hubieran beneficiado del programa de remisión de penas. Londres y Dublín, por su parte, proponen estudiar cada caso individualmente y aplicar, probablemente, penas máximas de seis meses tras pasar por los tribunales. "Reconocemos que hay una serie de temas que se deben solucionar", se limitó a señalar ayer el portavoz de Blair.

La cuestión de los reclusos es secundaria para las formaciones unionistas. John Taylor, número dos del Partido Unionista del Ulster da prioridad a los miles de personas, 9.000 según algunos análisis, que han tenido que abandonar Irlanda del Norte ante la amenaza terrorista. "El IRA ha forzado al exilio a mucha gente, incluidos ciudadanos católicos. Cuando puedan regresar libremente, sin verse amenazados, entonces será el momento de gestionar el tema de los prófugos", defendió ayer desde su residencia en el Ulster.

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El futuro de los fugitivos y de los cuatro presos del IRA en Irlanda entorpece el programa político del Sinn Fein en la República. La formación crece en popularidad, del 2,5% de los votos en 1997 hasta el 4% en los últimos sondeos de opinión, y podría mantener la balanza de poder en el Gobierno resultante de las próximas elecciones, prevista en el 2001. Con un sistema electoral que dificulta la formación de gobiernos de mayoría, el partido de Adams podría entrar en el nuevo Ejecutivo de igual forma que controla actualmente dos ministerios en el autogobierno de Belfast.

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