Cubanos en la Alcarria

"Un trato fenomenal"

Guadalajara no tiene secretos para los deportistas cubanos. Ni las fiestas populares de la zona, ni los apacibles cafés de sus plazas y paseos. Desde el mes de mayo pasado más de 20 atletas de Cuba se concentran en un pequeño hostal de la ciudad manchega junto a sus entrenadores. El hostal Galicia, un lugar que ya conocen como si fuera su propia casa.Allí, en las cercanas pistas municipales de San Roque, cedidas gratuitamente por el ayuntamiento de la ciudad, y en una sala de musculación cortesía de la Diputación provincial, preparan la próxima cita olímpica de Sydney, una competición en la que no podrá participar su compatriota, recientemente nacionalizada española, la vetada Niurka Montalvo.

"Ese asunto no tiene nada que ver con nosotros", comenta un miembro de la delegación cubana. "Son cosas de política, no de deporte. Nosotros somos deportistas", dice mientras señala una foto clavada en la pared del comedor de la pensión en la que se ve a Montalvo sonriendo mientras escribe su nombre en una pizarra.

Y es que ella también vivió la experiencia alcarreña, algo que viene haciendo la delegación cubana desde hace 16 años, cuando un español, Juan José Díaz, entonces presidente de la Federación de Atletismo de Guadalajara se empeñó en traer a los atletas a su ciudad.

Una ciudad volcada con esos atletas, con los que en más de una ocasión han compartido conversación ante una cerveza, y que ahora, después de tantos años de convivencia, no llaman la atención de nadie: "Al principio sí que los mirábamos y eso, pero ahora son como cualquier vecino, se les saluda y ya está". Así describe la relación entre los habitantes de la ciudad y los atletas el camarero de un bar cercano al hostal donde se aloja la delegación cubana.

Un hostal modesto, con una cafetería y una -aún más modesta- pensión cercana, que arrebata cada día del presupuesto de la Federación cubana 6.000 pesetas diarias por cada una de las cerca de 30 habitaciones que ocupa. Un hostal en el que estos deportistas de élite entran y salen a su antojo, incluso de la cocina, donde es fácil verles cocinando algún plato caribeño.

El propietario del negocio, Abel de Diego, no tiene ninguna queja de ellos, todo lo contrario: "La relación es magnífica, somos amigos, por ejemplo Iván Pedroso me pide el coche prestado, se viene de caza conmigo al monte, o a escuchar música a mi casa".

El saltador de longitud Iván Pedroso, de 27 años, es uno de los atletas en activo más laureados. El triple campeón del mundo en 1995, 1997 y 1999, y uno de los saltadores más técnicos de la historia, con una marca de 8,71 metros registrada en Salamanca en 1995, hizo una confesión furtiva sin quitar los ojos de su filete: "Aquí nos sentimos muy bien, estamos muy tranquilos y la gente nos trata fenomenal".A tal punto ha llegado la familiaridad de la gente de Guadalajara con los cubanos, que, según Juan José Díaz, se han creado sentimientos contradictorios: "Mucha gente de aquí prefiere que ganen ellos en las competiciones en las que participan, antes incluso que los españoles. Es como si un amiguete fuera a los juegos".