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LA OFENSIVA DE ETA

Interior sospecha que los cuatro etarras muertos en Bilbao iban a atentar contra un cargo del PP

El Ministerio del Interior sospecha que los cuatro etarras muertos la noche del lunes en Bilbao, al explotar el turismo en el que viajaban, iban a cometer un atentado en la capital vizcaína contra algún dirigente o cargo público del Partido Popular (PP). Los resultados de las autopsias realizadas en la mañana de ayer confirmaron que los fallecidos eran cuatro varones, y no dos hombres y una mujer como se pensó en un principio, debido al estado de absoluto destrozo en que quedaron los cuerpos. Sólo dos de los fallecidos habrían sido identificados de manera oficiosa, según fuentes jurídicas, en la tarde de ayer: el jefe del comando Vizcaya, Patxi Rementeria, y Antxon Sasiain Rodríguez, un antiguo colaborador del comando Araba.

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Fuentes oficiales de la consejería vasca de Interior indicaron que el coche en el que viajaban los cuatro presuntos etarras, un Renault Clio con placas de matrícula de Bilbao falsas, transportaba 25 kilos de titadine, el tipo de dinamita robada por un comando de la banda en Bretaña (Francia) en septiembre pasado. Cargas de titadine han sido usadas recientemente en los dos ataques cometidos en julio contra sucursales de la Caja Vital en Vitoria.Las fuentes informantes no quieren especular sobre cuál podría ser el objetivo que barajaban los terroristas. Otras fuentes policiales que cita la agencia Vasco Press indican que los activistas llevaban el artefacto ya preparado en el asiento trasero del vehículo, lo que hace sospechar que se disponían a cometer el atentado de forma inmediata y en una zona próxima al lugar de los hechos.

En el lugar se han localizado piezas de un radio receptor, lo que hace suponer que los activistas iban a hacer estallar la carga como un coche bomba, con un mando accionado a distancia.

La explosión se produjo en el alto de Miraflores, en el barrio bilbaíno de Bolueta, cuando el coche se encontraba en marcha. La deflagración fue de tal potencia que el vehículo quedó reducido a chatarra. Los cuerpos quedaron en un estado tan irreconocible que hasta la mañana de ayer, tras analizar detalladamente los restos recogidos por agentes de la Ertzaintza, los forenses no pudieron determinar que correspondían a cuatro varones. Todavía a media mañana fueron recogidos algunos restos más.

Fuentes jurídicas apuntaron de forma oficiosa la identidad de dos de los fallecidos: Patxi Rementeria Barruetabeña, presunto jefe del comando Vizcaya, y Antxon Sasiain Rodríguez, que fue acusado de haber colaborado con el comando Araba hasta su huida a Francia, en 1997.

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Ocho sumarios

Rementeria tenía en la Audiencia Nacional ocho causas pendientes por delitos de asesinato, atentado y estragos, entre otros, y una orden de busca y captura emitida después de que el pasado enero lograse huir de las fuerzas de seguridad tras un atentado frustrado contra un convoy de la Guardia Civil en Bilbao. Sasiain, natural de la localidad guipuzcoana de Bergara, de 31 años, comenzó a colaborar en 1997, presuntamente, con el comando Araba con el que, al parecer, intervino en el atentado con bomba contra la base militar de Araca perpetrado en mayo de ese año. El 30 de septiembre de ese mismo año, se dio a la fuga después de lograr eludir un control policial.

El consejero vasco del Interior, Javier Balza, apuntó con cautela que la identidad de Rementeria es una "hipótesis bastante segura", mientras que no consideró prudente establecer con seguridad la del segundo. El juez que instruye la causa señaló a una abogada de las Gestoras pro Amnistía que la identificación plena de los cuatro fallecidos puede tardar aún varios días.

Medios de la investigación apuntaron ayer que otro de los fallecidos puede ser Aitor Cortázar, presunto colaborador del mismo comando Araba, que huyó también tras descubrirse uno de los pisos del grupo.

Entre los restos del vehículo destrozado la Ertzaintza encontró cuatro pistolas, dos de ellas de la marca Star, pertenecientes a una serie de 112 armas que un comando de ETA robó en febrero de 1983 en las dependencias de la policía vasca en la Diputación de Guipúzcoa. Otra pistola es de la marca Glock, de calibre 9 milímetros Parabellum y fabricación alemana. Al parecer, un arma de ese modelo fue la usada en el asesinato del concejal del PP de Durango Jesús María Pedrosa, el 4 de junio. La cuarta pistola quedó tan destruida que ha resultado casi inidentificable.

La policía ha hallado también restos de un escáner de los usados por la banda para espiar las comunicaciones por radio de los cuerpos de seguridad.

Agentes de la Ertzaintza inspeccionaron ayer durante varias horas un piso en Bilbao en el que al parecer, reside un presunto miembro o colaborador del comando, que no se encontraba en el lugar.

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