2.000 manifestantes en Düsseldorf contra la extrema derecha alemana
Unas dos mil personas se manifestaron ayer en Düsseldorf, ciudad al oeste de Alemania, para protestar contra la violencia de la extrema derecha tras el atentado del pasado 27 de julio en el que resultaron heridos varios extranjeros, entre ellos 10 ciudadanos judíos de la antigua Unión Soviética. La manifestación discurrió pacíficamente hasta la estación de ferrocarril donde estalló la bomba.La policía alemana continuaba ayer sus investigaciones para identificar a los autores del atentado. Dispone de 160 pistas, pero al parecer ninguna de ellas es concluyente, según informó un portavoz oficial.
Hasta ahora dos personas han sido detenidas e interrogadas durante varias horas el jueves y el viernes, una de ellas un ex soldado alemán que tenía en su poder una revista de material militar y mantenía contactos con medios de la extrema derecha. La otra persona detenida es un hombre de 52 años.
Pese a estos interrogatorios, la policía reconoce que no tiene aún un sospechoso concreto.
El atentado de Düsseldorf ha disparado la alarma en la opinión pública alemana por la existencia de elementos activos de extrema derecha, aunque no se tengan pistas de la motivación real de los autores del atentado.
Por otra parte, más de 100 presuntos extremistas de extrema derecha han sido interpelados por la policía en varias ciudades de la antigua República Democrática Alemana (RDA) como sospechosos de intentar asistir a una manifestación prohibida del partido neonazi NPD que se iba a celebrar ayer en Bad Berka en memoria de un joven de extrema derecha muerto hace un año en el curso de un altercado con los habitantes de esa ciudad. Unos setenta contramanifestantes se concentraron pacíficamente al mediodía en Bad Berka.
De nuevo, los medios económicos alemanes mostraron ayer su preocupación por el activismo de la extrema derecha. El ministro de Economía, Werner Mueller, ha expresado su inquietud por las dificultades que pueda haber en obtener inversiones extranjeras para las regiones de la ex RDA si el odio a los extranjeros se convierte en signo infamente, y en el mismo sentido se ha expresado el patrón de la banca alemana Rolf Breuer. Las empresas extranjeras pueden llegar a la conclusión de que "no pueden ni ellas ni sus empleados trabajar en un ambiente tal", decía Breuer en declaraciones a Die Welt.
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