"Prefiero vender pescado a tocar 'bakalao' o 'tecno"

Yolanda Molina Cuesta canta desde que tiene uso de razón. Como profesional, se subió a un escenario con 18 años. Desde entonces ha cultivado su pasión por la música funky que, con estilos como el soul, entremezcla en su grupo Insólito Club, junto a Paco Rivas y Diego Cruz, el otro vocalista de esta formación almeriense. Pregunta. ¿Por qué le dio por cantar?

Respuesta. Quizás porque mi madre era cantante. Ya cuando estaba en la guardería le mandaban a mi madre cartas explicándole que la niña tenía mucha gracia. Me escondía debajo de las mesas para cantar porque me daba vergüenza. Profesionalmente empecé a los 18 y siempre me he movido en el mundo del funky.

P. ¿Probaría con otros estilos?

R. Nosotros lo que hacemos es soul y funky y eso es lo que me gusta. Podría cantar boleros, pero nunca me dedicaría a la música bakalao, ni al tecno. Antes prefiero vender pescado.

P. ¿El que canta su mal espanta?

R. Totalmente. Cuando sales al escenario no piensas en nada. Tienes la adrenalina por las nubes y no te acuerdas de nada malo.

P. Saltar al panorama nacional de la música desde la esquina del mapa debe ser complicado.

R. Mucho. Y, además, es difícil abrirse paso en la propia provincia porque nadie es profeta en su tierra. Una vez actuamos en un programa de radio que hizo Julia Otero en Aguadulce; después entrevistaron a un alcalde de la zona, y cuando le preguntaron si le gustaba nuestra música contestó que prefería a Manolo Escobar. Con gente así resulta bastante difícil. Las administraciones deberían potenciar más la cultura.

P. ¿Para qué sirven los recopilatorios de verano y las canciones machachonas?

R. Para tener las ventas aseguradas. Falta una educación musical previa. Cuando no tienes referentes musicales te dejas llevar por La Bomba, que es lo que te ponen a todas horas.