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VERANO SOLIDARIO

El mismo mar de la infancia

Pasaba los veranos de su infancia con otros chicos como él, cuidado por monitores en la playa de Chiclana de la Frontera (Cádiz), y ahora se ha convertido en un adulto que pasa sus vacaciones atendiendo a niños en ese mismo campamento. Manuel Madrid Delgado, de 24 años, funcionario interino en el departamento de Cultura del Ayuntamiento de Ubeda (Jaén), pasa junto con otros 14 monitores voluntarios la primera quincena del mes de agosto al cuidado de 100 jóvenes de entre 12 y 16 años.Madrid tiene claro que en las vacaciones de los próximos años repetirá con los niños. "Estuve cuatro años sin poder ir, cuando estudiaba Ciencias Políticas, pero ya me he enganchado otra vez sin remedio".

Trabaja de forma voluntaria con la organización Jóvenes de Acción Católica atraído por la personalidad de Antonio Gutiérrez El Viejo, un hombre que murió el pasado mes de abril después de haber dedicado toda su vida a la infancia y la juventud. El Viejo recaudó dinero para hacer un campamento en Cádiz por el que se calcula que, en 42 años de funcionamiento, han pasado 15.000 jóvenes de Ubeda.

Los niños que ahora van de vacaciones a la playa con Manuel Madrid provienen de todos los barrios y condiciones sociales de la ciudad renacentista. Los que tienen medios pagan las 18.000 pesetas de matrícula, y los que no, reciben becas para que todo salga gratis.

"A mí me cuesta dinero ir con los niños, porque todo me lo pago yo, pero hacer este trabajo es tan gratificante que nada de eso importa". Tiendas de campaña y comida casera elaborada por cocineros también voluntarios es el panorama que se encuentran en La Barrosa.

Los ratos que espera con cierta ansiedad son los de la noche, cuando los más jóvenes del campamento se han ido a dormir y los mayores aprovechan para hablar con tranquilidad. "Nos pasamos todos los días del campamento durmiendo una media de cinco horas, porque cuando nos quedamos solos los monitores preferimos estar un rato juntos en vez de ir a dormir".

Manuel Madrid se desplaza con los jóvenes "por vocación" y desarrolla su trabajo voluntario basándose en su propia experiencia. "En Ubeda hay pocas ONG y tenemos el problema de la falta de formación específica, por eso hacemos lo que podemos". Los monitores del campamento inventan juegos nocturnos, talleres, actividades deportivas y preparan charlas con los jóvenes según lo que ellos mismos creen que les puede gustar. Este año Manuel se propone hablar sobre inmigración para escuchar sus opiniones ante un tema tan actual.

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A pesar de que Manuel Madrid debería dedicar todo su tiempo de vacaciones para continuar con sus estudios de doctorado, ha optado por volver al campamento. Reconoce que este año hubiese preferido tener unos días de descanso que le relajasen de los meses de trabajo, "pero al final sé que seguiré con los campamentos, aunque tenga que ducharme con agua fría, con la rabia que me da".

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