Setecientos años de guardián de la sierra

No cabe duda de que el árbol más emblemático e importante de la Sierra de las Nieves, que rodea la Costa del Sol es el castaño santo, situado en el término municipal de Istán, en un paraje conocido como El Hoyo. La edad de este ejemplar único -más de 700 años- supera la de sus otros parientes de la serranía y le han hecho merecedor del rango de árbol de la humanidad, otorgado por la Junta de Andalucía. Además de su longevidad, otro de sus rasgos característicos es su tamaño: para rodear su tronco se necesitan más de 18 personas cogidas de la mano.Son muchas las leyendas que jalonan la historia de este decano de la Sierra de las Nieves. En tiempos remotos su tronco, entonces hueco, sirvió de morada a hombres y animales, y, según dicen, los habitantes de la zona lo utilizaron como escondite cuando los franceses invadieron la comarca.

Durante la República, en plena persecución anticlerical, hacía las veces de ermita, y dentro de su cavidad se guardaba el vino y la hostia a modo de sagrario. Algunos achacan su santidad precisamente a este uso religioso, y hay quién piensa que el árbol debe su longevidad a la tierra donde se asienta, que muchos utilizan con fines medicinales. Es precisamente esta práctica de excavar a su alrededor para llevarse la preciada arena la que puede llevar a la desaparición a este ejemplar insustituible, que en los últimos tiempos muestra sus resecas raíces al descubierto.

El origen de este peculiar árbol se remonta a la época nazarí. Los pueblos beréberes que habitaban esta zona eran muy aficionados al pastoreo y la agricultura, y fueron los responsables de pequeñas plantaciones de castaños, de las que perdura este gran ejemplar.

No son pocos los vecinos que aseguran que cuando se produjo la sublevación de los moriscos, y las tropas cristianas del Duque de Arco tomaron estos asentamientos, ya entonces los nuevos señores para celebrar su victoria oficiaron una misa ante este castaño.