El COI apuesta por un doble análisis de sangre y orina para detectar la EPO
La comisión médica del Comité Olímpico Internacional (COI) aprobó ayer que, en los próximos Juegos Olímpicos de Sydney, los deportistas podrán ser sometidos a un doble análisis de sangre y de orina para detectar el uso de eritropoietina (EPO). Los 300 análisis previstos empezarán el 2 de septiembre, día de apertura de la Villa Olímpica, y los deportistas podrán ser sometidos, en cualquier momento, a ellos hasta el 1 de octubre, cuando acaben los Juegos. La luz verde definitiva al acuerdo, después de que pase por el comité jurídico, debe ser tomada por el comité ejecutivo a finales de agosto.
La EPO es una hormona que el hombre tiene en su organismo, pero también puede consumirse en forma sintética, lo que aumenta la producción de glóbulos rojos y provoca una mayor oxigenación de la sangre, con lo que se consiguen mejores resultados deportivos. Hasta el momento, no existía ningún análisis médico que pudiese establecer al cien por cien la presencia de EPO sintética en el cuerpo de un atleta.Un total de quince expertos, de los que siete son independientes de la comisión médica del COI, analizaron dos test diferentes, uno basado en la sangre y otro en la orina para detectar el uso de EPO. El test de sangre, que fue presentado por el Instituto Australiano del Deporte, sirve para probar de forma indirecta el consumo de esta sustancia. Los análisis de orina, desarrollados por el laboratorio francés Chatenay-Malabry, permiten detectar si en el cuerpo existe EPO que no sea de origen natural.
Alexandre de Merode, presidente de la comisión médica del COI, hizo hincapié en que se ha adoptado un uso "conjunto" de ambos tests. "Uno no va antes de otro, sino que se hacen de forma paralela", explicó. Los resultados de la prueba de sangre están disponibles en unas horas y los de la de orina tardan dos o tres días y, según manifestó a este periódico Jordi Segura, uno de expertos del comité, sólo detecta la EPO consumida uno o dos días antes, y no más atrás. Segura indicó que la adopción de un test conjunto de sangre y orina se debe a la necesidad de usar "todos los métodos disponibles" para determinar si la presencia de EPO en el cuerpo es de tipo natural o se debe al dopaje.
La aprobación por la comisión médica del uso de esta forma de detección de la EPO es "un gran paso en la lucha contra el dopaje", consideró De Merode. Además, aseguró que el doble test (sangre-orina) "cumple las máximas garantías" en la detección de EPO y por lo tanto no ve la posibilidad de que se produzcan falsos positivos.
Merode aclaró: "El test australiano por sí sólo podría no ser aceptado por un tribunal. El método francés es extremadamente prometedor, pero presenta algunas dudas. La combinación de los dos métodos da las garantías y la seguridad que necesitábamos. Ahora pienso que el obstáculo jurídico puede ser salvado con amplitud".
Patrick Schamasch, director de la comisión médica del COI, se expresó en la misma línea: "Hay que esperar. Ahora tienen la palabra los juristas, pero pienso que los científicos han tomado todas las precauciones".
El representante del Instituto Australiano del Deportes en la reunión de Lausana, John Boltbee, dijo que esta decisión lanza un mensaje a los deportistas: "Aquellos que usen, hayan usado o pensasen usar EPO deben dejar de tomarlo desde ahora, porque ya no podrá esconderse".
La ministra francesa de la Juventud y de los Deportes, Marie-George Buffet, se felicitó ayer por la decisión de la comisión médica del COI. "Es un avance muy significativo en la lucha contra el dopaje", afirmó. "El acuerdo del grupo científico traduce la necesidad actual de combinar los dos métodos de detección".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.