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Entrevista:JORGE DREXLERCANTAUTOR URUGUAYO

"El baile no es patrimonio exclusivo de las discotecas"

,Jorge Drexler (Montevideo, 1964)) es un cantautor que huye del trasnochado estereotipo de cantautor. Y lo hace con discos como el último que ha editado, Frontera (Virgin), un trabajo en el une sonidos tradicionales de suramérica con tendencias modernas (léase bases electrónicas) para lograr una propuesta fácilmente digerible gracias a la cobertura pop que siempre ha dado brillo a su producción. El cantautor uruguayo, que ha publicado cinco discos desde 1992 y ha prestado su talento para componer a artistas conocidos como Pedro Guerra y Ketama, habla de su último elepé, de su pasado y de su futuro. Para que quienes piensen visitar la próxima Aste Nagusia bilbaína sepan lo que les espera en la Plaza Nueva el 26 de agosto. Pregunta. Frontera se separa un tanto de su producción anterior, ¿no?

Respuesta. Sí, aunque el eje del disco sigue siendo el mismo que en los cuatro anteriores, la mezcla de lo local con lo mundial, del pasado con el presente sonoro y de la extroversión con la introversión, en este es más extremo: hay folclore más puro, como Alto el fuego, que es una samba tradicional tocada por guitarristas tradicionales; Memoria del cuero, que usa las bases del candombre; Frontera, que es una murga muy explícita. Y a la vez hay cosas muy modernas, alusiones al jungle o al house. Es la coexistencia de Beck con Atualpa Yupanki, del folclore rioplatense del cincuenta con Massive Attack, pero siempre dentro de mi mundo; no voy a hacer un disco tipo Chemical Brothers porque yo nunca fui a una discoteca en mi vida.

P. ¿De dónde le viene ese gusto por los ritmos electrónicos?

R. Porque el baile no es patrimonio exclusivo de las discotecas. En mi casa escucho música y me encantan muchas cosas del techno y del house, y también un montón me parecen una mierda... Además, una cosa es que me gusten los Chemical Brothers y otra cosa es que me guste el volumen al que se escucha esa música en una discoteca. Una cosa es que yo entienda que el pop se va moviendo, que va evolucionando y ha incorporado cosas del mundo de la discoteca, y otra cosa es que me guste ir a ese sitio concretamente.

P. Hay diversidad de ritmos pero sigue sin haber estridencias. ¿No le gusta hacer ruido?

R. La definición de ruido es muy curiosa... Pero no me gustan las estridencias, tienes razón. Lo que pasa es que una cosa es estridencia y otra es fuerza. Y una cosa es serenidad y otra es blandura. Son casi opuestas. Sinceramente, hace mucho tiempo que dejé de creer que para demostrar que tocas bien la guitarra tienes que tocar muy rápido o muy fuerte. O que para demostrar que cantas muy bien tienes que cantar muy agudo, muy fuerte y con muchos registros. El arte es una cosa mucho más sutil.

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P. Lo que ha dicho de la guitarra se demuestra en el blues.

R. Sin ningún lugar a dudas. ¿Alguien va a negar que John Lee Hooker es un excelente músico a pesar de que usa un acorde por canción? Yo prefiero a John Lee Hooker antes que a Chick Corea. A veces me gusta mucho Chick Corea, pero otras me cansan mucho todos esos acordes. Lo mismo pasa con mi estética. Fui guitarrista clásico muchos años, puedo tocar mucho más de lo que muestro, pero no me interesa el virtuosismo. Mis canciones son cada vez más sencillas, cuando podría hacerlas más rococó y elaboradas. Mis últimos años han sido un proceso de simplificación, de elegir lo más importante dentro de las cosas y de decir lo justo.

P. ¿Qué le parece el estereotipo español de cantautor?

R. No me gusta, es totalmente empobrecedor. ¿Porque una persona toque la guitarra de cuerdas de nylon y haga canciones con cierto cuidado en las letras tiene que estar obligada a mantenerse siempre en un formato acústico, cantando canciones sociales nada más, cuando no hay nadie que lo cumpla a rajatabla?

P. ¿Su aspiración cuando grabó Frontera, era convertirse por fin en un artista superventas en España?

R. Si se diera el caso no me molestaría, pero no es mi aspiración principal. Tengo un cariño muy fuerte y un respeto muy grande por mi profesión; con 30 años, después de haber trabajado siempre en otra cosa, opté por esta vida, la estoy disfrutando mucho y no voy a dejar pasar esa posibilidad por entrar en ese juego de si vendes más o menos. Mi aspiración es poder vivir cómodamente de esto. Soy muy privilegiado: vengo de un país donde los músicos no viven de la música y yo llevo tres discos viviendo de ella. Eso para mí es una alegría.

P. Por cierto, le felicito por no encerrarse en sí mismo, por seguir comprando discos y yendo a conciertos.

R. Es que yo no puedo entender a los músicos que no lo hacen, es como un escritor que deje de leer... Respeto todas las actitudes, pero me da pena. A mí, si tuviera que dejar de ir a conciertos y de comprar discos, me daría una enorme pena. Y sería por razones económicas.

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