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LA OFENSIVA DE ETA

Miles de personas secundan en San Sebastián la manifestación de todos los partidos democráticos

"Juan Mari nos pide a todos unidad y capacidad de diálogo. No le basta con nuestro dolor". Con estas palabras del alcalde de San Sebastián, Odón Elorza (PSOE), finalizó la manifestación de repulsa por el asesinato de Juan María Jáuregui y que durante una hora recorrió en silencio el centro de la ciudad. El texto leído por Elorza, consensuado entre todas las fuerzas democráticas, reclamó "la superación de los frentismos" como vía para "poner fin a la actual situación". Fue todo un homenaje a Jáuregui, defensor del "diálogo audaz" y preocupado por el riesgo de fractura social en Euskadi.

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Una manifestación multitudinaria recorrió ayer el centro de San Sebastián como cierre de los actos de homenaje a Juan María Jáuregui y de repulsa a su asesinato por ETA. La marcha partió a las ocho de la tarde del Boulevard donostiarra, abierta por una pancarta con el lema Basta ya, ETA no, tras la que caminaban Marixabel Lasa y María Jáuregui, la viuda y la hija del socialista asesinado, que mostraron una gran entereza durante todo el recorrido. Estuvieron arropadas por el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero y por el líder de los socialistas vascos, Nicolás Redondo, así como por el lehendakari Juan José Ibarretxe, el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa y el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza.

Para subrayar el carácter unitario de la movilización, también sujetaban la pancarta el secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio; el diputado del PNV en el Congreso Joxe Joan González de Txabarri; la diputada de EA, Begoña Lasagabaster, y el coordinador de IU en Guipúzcoa, Antxon Karrera, así como dirigentes de UGT y CC.OO.

Entre los asistentes estuvieron dos recientes afectados por el terrorismo: la senadora popular Pilar Aresti, contra cuyo domicilio en Getxo ETA hizo explotar un coche-bomba la semana pasada, y el artista Agustín Ibarrola, miembro del Foro Ermua, cuyo caserío ha sido atacado, así como su obra en el Bosque de Oma.El lema de la manifestación no fue en esta ocasión motivo de discordia entre nacionalistas y no nacionalistas, que marcharon unidos, como ocurrió en Durango tras la asesinato del concejal del PP Jesús María Pedrosa. Incluso el comunicado leído al final de la movilización por el alcalde de San Sebastián estuvo consensuado entre todas las fuerzas políticas. La escalada de ETA ha forzado a los dirigentes públicos a aproximar posturas tras el clima social de rechazo al abismo abierto entre ellos con el asesinato de Fernando Buesa en Vitoria.

La marcha discurrió en silencio respetuoso, sólo interrumpido intermitentemente con aplausos de los participantes. A su término, en el mismo lugar de donde había partido, el alcalde donostiarra leyó un manifiesto en el que llamó a "poner fin a la actual situación" mediante la unidad entre los partidos democráticos y la superación de los frentismos.

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El texto reclamó "la garantía plena de los derechos humanos para todos, la búsqueda de las condiciones que permitan la convivencia en paz, la defensa audaz del diálogo, siempre desde la dignidad de los principios democráticos y la recuperación de la ilusión colectiva en el futuro".

La movilización se inició a las ocho de la tarde desde el Boulevard donostiarra y a lo largo de su desarrollo, durante una hora y cuarto, se fueron incorporando centenares de personas hasta llegar a configurar una marcha de las más multitudinarias que se han celebrado en la capital guipuzcoana.

Tras la cabecera de la manifestación se concentraron los cargos públicos, parlamentarios, ediles, junteros de todos los partidos, aunque entre ellos destacaban los socialistas, principales impulsores de la convocatoria unitaria con el ánimo de evitar más tensiones. Entre ellos Pasqual Maragall y Rosa Díez, junto a quienes se situaba el Ararteko (Defensor del Pueblo), Xabier Markiegi, el diputado del PP Gustavo Arístegi y la presidenta de ese partido en Guipúzoa, María San Gil.

Una vez iniciada la marcha, una segunda pancarta fue introducida entre los manifestantes desde el céntrico Parque de Alderdi-Eder. Su lema era Por la libertad. Askatasunaren alde. La pancarta fue integrada en la columna de manifestantes que siguió el curso de la movilización por las calles principales del centro de la ciudad. Ningún incidente se registró a lo largo del recorrido, ni siquiera hubo la tensión que en los últimos meses se ha vivido cada vez que se celebraba una movilización en San Sebastián.

Aunque el silencio fue la regla general, éste se vio alterado a veces por las palmas y aplausos de los asistentes. Fueron escasas las voces y los gritos lanzados desde los manifestantes, pero también pudieron oirse consignas como "no más muertes", "así no se puede vivir" y "contra el terrorismo, movilización".

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