"El alcalde es un acojonado que no tiene valor para limitar el tráfico en el centro", afirma el presidente vecinal

El presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), Prisciliano Castro, declaró ayer que el alcalde de Madrid "es un acojonado que no tiene valor político para tomar una decisión como limitar el tráfico en el centro", aunque en la recién creada Mesa por la Movilidad "es una medida que no se descarta". Castro sugirió que el consejero de Medio Ambiente, Pedro Calvo, estaría a favor de la medida: "La Comunidad de Madrid ha estado ya algunas veces a punto de plantearlo y el tema salió en la reunión del otro día de la Mesa por la Movilidad, en la que estuvo el consejero Pedro Calvo; por tanto, no se puede descartar". Según explicó, se prohibiría paulatinamente que los automóviles circulen por las calles del centro más afectadas por el tráfico para ir convirtiéndolas en peatonales: "Los índices de contaminación que a veces se alcanzan son peligrosos, y si siguen así yo creo que se terminará por prohibir el tráfico en determinados sitios. Ya hace algunos años, en enero, la entonces concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, estuvo a punto de hacerlo". "Puede empezar a hacerse en ciertas horas, en ciertos días, pero una vez que las calles se comienzan a peatonalizar, la gente se acostumbrará a ir andando por esa calle, y la mejor prueba es la de Preciados, ¡menuda guerra armaron los comerciantes cuando se les dijo!, y ahora están encantados", afirmó.

Sobre el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón, el presidente de la FRAVM opinó: "Está haciendo dos cosas importantes por los vecinos: el metro y el desmantelamiento de los asentamientos marginales". "Lo más negativo" de Ruiz-Gallardón es su política de vivienda: "No ha intervenido como debiera, le ha dejado hacer al Ayuntamiento de Madrid lo que le ha dado la gana, y ahí tenemos el ejemplo de los nuevos barrios. Los promotores y especuladores le harán algún día un monumento al señor Del Río [concejal de Urbanismo] y la Comunidad lo ha permitido".

Prisciliano Castro lamenta que "mientras los joyeros se levantan en huelga por los atracos, al delegado del Gobierno [Francisco Javier Ansuátegui] lo único que le obsesiona es decir que las manifestaciones se hagan de esta hora a esta hora y por la acera". "Le llamamos El Sargento de Hierro y es un caso perdido. Me parece un personaje venido de la era de Franco que sólo se preocupa porque las manifestaciones se hagan en perfecto orden, como si Madrid no tuviera otro problema que ése. Es lamentable", dijo sobre Ansuátegui.