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Un juez pide informes al Ayuntamiento y a Industria sobre la farola que electrocutó a un joven

El titular del Juzgado 35 de Madrid, Pascual Fabiá Mir, ha solicitado sendos informes a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid para determinar las causas que provocaron la fulminante muerte de Jorge del Río Celaba, de 29 años, electrocutado al tocar un andamio de una obra anclado a una farola pública. El accidente se produjo a las 23.00 del 26 de mayo en la calle del Arenal, cerca de Sol. La víctima, un camarero en paro, transitaba por una acera cuando tocó el andamio, pero con la desgracia de que lloviznaba y de que la citada instalación estaba anclada a la farola. El viceconsejero de Economía, Eugenio Martínez Falero, desconocía ayer la exigencia judicial.

El juez Fabiá Mir, quien ese día se hallaba de guardia y levantó el cadáver, solicitó días después al Ayuntamiento y a la Consejería de Industria informes exhaustivos sobre las causas del accidente. Ninguno de los organismos ha atendido aún su petición. Ambos informes serán decisivos para determinar si existió negligencia y, en su caso, decidir una eventual indemnización para la familia de la víctima, que dejó una hija. La farola es propiedad del Ayuntamiento.

Tras la muerte de Jorge del Río, de 29 años, el viceconsejero de Industria, Eugenio Martínez Falero, señaló a EL PAÍS que el sistema de seguridad de esa farola, a la cual estaba abrazado el andamio, no funcionó. "Hubo un cortocircuito en el cable de alimentación de la farola y una fuga de corriente por un problema de aislamiento del circuito eléctrico", declaró. El sistema de seguridad consiste en un aparato denominado diferencial, que desconecta la corriente en caso de que se produzcan fugas de la corriente eléctrica.

El viceconsejero de Economía añadió otro dato preocupante: una inspección efectada por su departamento en 1998 encontró deficiencias en las misma farola de la calle del Arenal que provocó la muerte de Del Río. También explicó que en otras muchas inspecciones efectuadas en 1998 se descubrieron fallos en el 25% del alumbrado público de la capital. El estudio fue consecuencia de una orden regional que en 1994 obligó a los ayuntamientos a realizar cada cuatro años inspecciones de los sistemas de alumbrado público.

El Ayuntamiento de Madrid, propietario de la farola, llevó a cabo la suya en el verano de 1998 y los informes técnicos detectaron problemas en unos 500 de los 2.080 circuitos eléctricos (cada uno de los cuales distribuye energía eléctrica a una media de 10 farolas) que existen en la ciudad. El Consistorio madrileño informó a la Comunidad en noviembre de 1999 de que las anomalías detectadas habían sido "subsanadas". Martínez Falero explicó entonces que "la Comunidad sólo es responsable de establecer la normativa para la vigilancia de las instalaciones eléctricas". Ayer afirmó que desconocía la solicitud remitida por los jueces a la Comunidad. "Habrá ido dirigida a la Dirección General de Industria y aún no me han comunicado nada al respecto", explicó. Los bomberos denunciaron que el andamio, abrazado a la farola a modo de anclaje, debía estar sujeto a puntos fijos de la fachada.

La familia de la víctima se ha personado como acusación particular en las diligencias penales que instruye el juez Pascual Fabiá con vistas a depurar una eventual responsabilidad. Jorge, miembro de una familia de cuatro hermanos, estaba casado y tenía una hija. Se quedó en paro en enero pasado y había acudido a su antiguo trabajo, el restaurante Casa Fabas (plaza de Herradores, 7) para recoger los documentos sobre retenciones del trabajo con los que rellenar su declaración de la renta. Tras recoger esos papeles, visitó a unos amigos; de vuelta a su casa, rozó el andamio levantado para rehabilitar la fachada de una casa situada en la esquina de la calle del Arenal con la plaza de Celenque.

Los tubos metálicos se habían convertido en ese momento en cuchillos de electricidad por culpa del roce de una farola con el andamio y la lluvia.

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