El equipo de Blair admite la grave crisis de imagen del laborismo
La oficina del primer ministro británico, Tony Blair, anticipaba ayer la continuación de la campaña de descrédito público provocada por una serie de documentos internos que se filtran a la prensa de Rupert Murdoch desde el pasado mayo. En el último, Philip Gould, asesor del primer ministro, señala que el Gobierno está en una "situación grave" y que la mayoría laborista "podría caer radicalmente ". El equipo de Blair aseguró que las dañinas revelaciones no le desviarán de su curso político.
La nueva filtración, la novena en tres meses, está destinada a desviar la atención del público del paquete de inversión pública, 11,5 billones de pesetas para los próximos tres años, que horas antes anunció Gordon Brown, ministro de Hacienda, en el Parlamento de Westminster. Ambas noticias saltaron de la portada de The Sun al resto de los rotativos británicos y a los espacios informativos de todos los medios. "La publicidad a corto plazo de memorandos filtrados no va a desviarme de nuestro proyecto. Son cosas efímeras", dijo el ministro, molesto por la presión del presentador del informativo estrella de la BBC, el programa radiofónico que marca la agenda de la jornada.Brown establecía así la estrategia del Gobierno ante la montaña de informes privados, incluida una nota personal de Blair, que están saltando a la esfera pública. Todos los informes datan de los meses de mayo y abril, cuando el Partido Conservador comenzó a dar los primeros golpes serios al Gobierno en cuestiones de ley y orden. Coinciden con la pérdida de escaños laboristas en las elecciones municipales y la humillación de ceder la alcaldía de Londres al rebelde laborista, Ken Livingstone, que barrió al candidato impuesto por Blair. Según se recoge en el texto ahora filtrado, Gould escribió entonces: "Nuestra situación actual es grave", e hizo una referencia inequívoca a las posibles consecuencias electorales al afirmar que la actual mayoría de los laboristas "podría caer de forma radical".
El informe de este experto en nuevas técnicas de opinión gira en torno al distanciamiento del Gobierno laborista respecto al electorado, un problema de percepción que el propio Blair reconoce en su informe particular filtrado esta semana. Pero Gould profundiza más en sus posibles causas y efectos. "La marca Nuevo Laborismo está fatalmente contaminada", escribe en argot publicitario, y es "constantemente criticada, y aún peor, ridiculizada".
Su medicina para frenar la caída de popularidad pasa por la eliminación de "mensajes oscuros y abstractos sobre la Tercera Vía" que fomentan la pérdida de confianza del electorado.
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