Los dos segundos malditos de Beloki
El día en el que el corredor del equipo Festina pudo desbancar a Ullrich del segundo puesto de la general
La contrarreloj de Friburgo
Un último golpe de riñón, un par de metros de más. En fin, una nimiedad en toda una etapa alpina. Ésa es la frontera entre un segundo puesto y un tercero (provisionales ambos) en este Tour de Francia. Dos segundos malditos en la general para Joseba Beloki. Para Jan Ullrich, todo lo contrario. Le salvó la campana al alemán, y justo el día previo al descanso.Para el español más regular y mejor clasificado del Tour, el día se hizo largo. Demasiadas emociones se le juntaron, una tras otra. No de golpe, sí encadenadas. Primero su reencuentro con el puerto de La Madeleine, con un pequeño apuro en la subida y muchas palpitaciones en la bajada (los recuerdos del 98). Después, un ascenso a Courchevel sin tregua, con la emoción de un deporte que también puede decidirse en los últimos metros, en los últimos segundos. Ullrich perdió la partida. Llegó con 55 segundos de retraso, pero ganó el average general. Por dos segundos. Seguramente, Beloki recordará esos metros finales en que se despegó del grupo y quedó mínimamente cortado. Aquellos dos metros le costaron cinco segundos.
Beloki no pareció vivir desde dentro la intriga que se siguió desde fuera. Él, según dice, jugaba otro partido. "Da igual el segundo puesto. Yo iba a mantener y consolidar el tercero porque Heras se está acercando. Y también Pantani". Beloki parece no creerse lo que hace cada día. De hecho, va rectificando sus objetivos sobre la marcha. El día del Ventoux (se colocó tercero) hablaba de acabar entre los diez primeros. En Briançon, tras los primeros síntomas de flaqueza de Ullrich decía que no, que a él le bastaba el podio. Ayer, cuando se acercó a sólo dos segundos, miraba más para atrás que hacia delante. "Creo que no podré superar a Ullrich. Él nos puede sacar mucho tiempo en la contrarreloj".
Es cierto, el alemán siempre tendrá una oportunidad en su terreno, y en su país, en la contrarreloj de Friburgo. Pero también es cierto que Beloki se acerca al nivel de los mejores especialistas y, además, no va solo. Tiene a Moreau, su compañero del Festina, en principio un aliado pese a su cuarto puesto. Ayer, el francés cargó con la mayor parte del esfuerzo en la subida a Courchevel para distanciar a Ullrich o acercarse a Heras, según cómo se vea. "Sí, ha hecho un gran trabajo, pero también le venía muy bien a él", respondió Beloki. "El Festina hace un trabajo colectivo", precisó Moreau. "Hemos buscado la segunda plaza y hemos completado una gran etapa. Tanto Beloki como yo buscamos el podio".Sí. ¿Pero caben los dos en el cajón? Vayamos a Juan Fernández, el director, el estratega. Si Armstrong tiene el primer puesto asegurado, cuestión que nadie discute, y los dos líderes del Festina quieren el podio, ¿qué ocurre con Ullrich? ¿Será su mayor enemigo? "No. Nuestro principal rival es el Kelme", sorprende Fernández. "Está tremendamente combativo. Desde el kilómetro cero va a reventar la etapa, y va por todo: la general por equipos, el triunfo de etapas, el podio en París, la montaña". Heras, el mejor kelme clasificado, pierde 57 segundos con Beloki, y se le supone más débil en la contrarreloj, así que mañana, en Morzine, la última etapa montañosa, se anuncia otro gran día. ¿Y qué hay de Ullrich? "Es sintomático que le hayamos visto ceder. Le podemos recortar algo más, pero no sería inquietante para él. Ullrich tiene un puesto seguro en el podio", sentencia.
Beloki, a pesar de que hoy está mejor que ayer, sigue con sus dudas. "Estoy cansado. Courchevel se me ha hecho largo. No necesito un día de descanso. Necesito tres". Sus deseos no se harán realidad. Tiene uno solo, y luego una etapa de alta montaña y una contrarreloj para buscar el segundo puesto o defender el tercero. A su elección.
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