El Gobierno considera que la banda terrorista "está marcando la agenda del 'lehendakari"

El Gobierno de José María Aznar estima que ETA, con sus atentados dosificados, está marcando la agenda del lehendakari, Juan José Ibarretxe, "contribuyendo a su desgaste" y a su pérdida del control de la situación política de Euskadi. También constata el bloqueo político del PNV, su "incapacidad" para salir del Pacto de Lizarra y la del propio lehendakari para liderar el "cambio de rumbo".La nueva propuesta de paz de Ibarretxe es una prueba de ello para el Ejecutivo central.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, y el ministro del Interior, Jaime Mayor, han mantenido un estrecho contacto tras el atentado terrorista del miércoles en Madrid, donde ETA hizo estallar un coche-bomba en pleno centro comercial de la capital. El análisis conjunto sobre la situación política del País Vasco que ambos han trasladado al Gobierno no puede ser más pesimista. El PNV y el lehendakari, lejos de avanzar en el logro de una nueva tregua de ETA, lo único que consiguen es que la banda se reafirme cada vez más. Ayer, el ministro portavoz, Pío Cabanillas, expresó, tras la reunión del Consejo de Ministros, la constatación de que, pese a la ofensiva etarra, el PNV "sigue donde estaba" y "no hay ningún cambio de rumbo".El Ejecutivo está convencido de que ETA está administrando cuidadosamente sus atentados para colocar al PNV cada vez en mayores dificultades, para desgastar aún más al lehendakari, pero sin terminar de consumar un golpe que obligase -por una enorme presión popular como la sucedida en Ermua en el verano de 1997 tras el secuestro y asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco- al partido de Xabier Arzalluz a romper con el Pacto de Lizarra y, muy probablemente, a adelantar las elecciones vascas.

A Mayor no le cabe duda que ése es el sentido del último atentado de ETA en Madrid, además de constituir un aviso de la banda terrorista sobre su capacidad para organizar una matanza en el corazón de la capital. Pero frente a la ofensiva etarra, el Gobierno comprueba que no hay una respuesta definitiva y concluyente en el PNV. Más allá de la ruptura con EH en algunos ayuntamientos, los peneuvistas sostienen su estrategia de fondo para lograr la paz: la unidad de los partidos nacionalistas. Y con ello mantienen la cobertura política al nacionalismo radical y a la propia ETA.

Es también ésta la base de la nueva propuesta paz del lehendakari, conocida ayer íntegramente. El Gobierno no tiene duda de que Ibarretxe ha asumido a fondo los fundamentos del Pacto de Lizarra, como ya demostró en su comparecencia en La Moncloa el 23 de junio, y, por ello, está "incapacitado" para liderar el "cambio de rumbo" del PNV desde el Pacto de Lizarra al Estatuto de Gernika. Además -añade el Gobierno-, Ibarretxe ha despilfarrado el aval que le ofreció el Partido Socialista de Euskadi (PSE) con la proposición no de ley de creación de una mesa de partidos para la paz y que el lehendakari utilizó contra Aznar en la reunión que ambos celebraron en La Moncloa. El secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros, ya se ha situado a favor de que Ibarretxe adelante las elecciones vascas. Para La Moncloa, la credibilidad de Ibarretxe para liderar el cambio de rumbo ha quedado reducida a la nada.

Pero La Moncloa cree que Ibarretxe, en vez de afrontar el reto de un adelanto electoral, sigue ganando tiempo hasta septiembre en la expectativa de lograr entonces una tregua de ETA o que el congreso federal del PSOE y la nueva ejecutiva de los socialistas modifiquen el rumbo de la actual estrategia del PSE. La Moncloa no cree en la posibilidad de una nueva tregua de ETA en este momento porque la banda no está dispuesta a aliviar la situación del PNV. "Le aprieta fuerte, pero no termina de ahogarle".

En cuanto al PSOE, La Moncloa e Interior están convencidos, a través de los contactos que el secretario general de la Presidencia, Javier Zaralejos, o el ministro del Interior, Jaime Mayor, mantienen con el secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo, que sus posiciones serán respetadas por el congreso del PSOE. Redondo mantiene, igual que el PP vasco, que la salida a la situación en Euskadi pasa por un adelanto electoral.