El más famoso 'maella' lleva 4 años sin restaurar en un almacén del Prado
Cuatro años después de protagonizar una polémica, consecutiva a su confusión con un lienzo de Goya, el cuadro La Santísima Trinidad se aparece a San Pedro, del pintor ilustrado Mariano Salvador Maella, se hallaba ayer todavía embalado en un almacén del Museo del Prado. Allí fue llevado para ser restaurado. Ya en 1985, el cuarteamiento de su pintura y su estado recomendaban una restauración calificada de "urgente".
El cuadro se encuentra en la pinacoteca para ser restaurado, según confirmaron fuentes de la Comunidad de Madrid a preguntas de EL PAÍS. Por su parte, fuentes del Museo del Prado inicialmente negaron que el cuadro se hallara en sus talleres de restauración. La Comunidad de Madrid señaló entonces como posible destinatario al Instituto del Patrimonio Histórico Español, en la Ciudad Universitaria del campus de la Complutense. Álvaro Martínez Novillo, director de este centro, negó el pasado martes que el cuadro hubiera sido recibido por el instituto que regenta. No existía anotación alguna en sus registros desde 1996.Ayer, fuentes oficiales del Museo del Prado admitieron que el cuadro se halla depositado en uno de los dos almacenes que el recinto alberga, pero negaron que hubiera sido restaurado. Por ausencia del director del Prado, no autorizaron que el cuadro fuera fotografiado. Otras fuentes destacaron que el lienzo de Mariano Salvador Maella se encuentra embalado en un envoltorio con madera desde que llegara al Prado, el 20 de marzo de 1996. Permanece en un lugar conocido como los peines, unas plataformas con bastidores enrejados y deslizantes que albergan los cuadros almacenados. Este maella ha permanecido hasta ahora 32 años cautivo.
Ya en 1985, tras un examen del mismo lienzo por parte de expertos en arte que lo inventariaron, aconsejaban una rápida intervención restauradora, para atajar su craquelado (cuarteamiento general), "zonas de pintura levantada y algunas grietas en la tela".
El autor del lienzo, Mariano Salvador Maella, pintor nacido en Valencia en 1739, que llegó a ser académico de Bellas Artes de San Fernando y pintor de Corte de Carlos III, recibió de Francesco Sabatini, el arquitecto real, el encargo de pintarlo para decorar el oratorio del camposanto del hospital general de San Carlos, que ocupó durante más de dos siglos el edificio que hoy ocupa el Museo Nacional de Arte Reina Sofía, cerca de Atocha.
El cuadro es propiedad de la Comunidad Autónoma de Madrid, en cuyo palacio de la Puerta del Sol, sede de la presidencia del Gobierno regional, fue redescubierto en febrero de 1996 por un químico que examinaba el edificio. Entonces lo confundió con un cuadro de Goya. Su error fue refrendado por dos conservadoras, por el propio director del Museo del Prado y asumido por el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Los hechos desataron entonces una intensa polémica, tras descubrirse que no era de Francisco de Goya, sino de otro pintor, de menos estatura artística pero de gran dignidad, como el valenciano Maella, de cuya obra el propio Prado conserva amplia producción.
El cuadro de Maella había llegado al edificio de la sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid cuando aún estaba allí la sede de la Dirección General de Seguridad. Procedía de la antigua Diputación, un organismo político provincial de la etapa franquista, donde estuvo expuesto en el antedespacho del presidente entre 1953 y 1968. Desde aquella fecha hasta 1996, el lienzo del pintor valenciano Maella se hallaba apartado en unas dependencias de la segunda planta que albergaban bebidas y enseres varios.
Es un óleo sobre lienzo, rematado por un arco de medio punto, con 2,63 metros de altura por 1,40 metros de anchura. Representa el misterio trinitario sobre la Virgen María, san Pedro, san Juan Bautista y san Carlos Borromeo, luchador contra la peste y patrón de Milán, que daba nombre al hospital de Madrid.
"Debieran llamarlo el Cautiverio de San Pedro", bromea un especialista en restauraciones artísticas consultado al respecto.
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